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lunes, 26 de octubre de 2009

El camello en la guerra de la antiguedad

El camello bactriano, o de dos jorobas, fue utilizado principalmente como animal de transporte por los pueblos iranios y del Asia Central, aunque los persas aqueménida recurrieron también ocasionalmente a estos camellos como fuerza militar. El dromedario, o camello árabe, de una giba, se utilizo más a menudo como animal de guerra. Primero usado como alimento y después como bestia de carga, en torno al siglo XII a. C. fue llevado por las tribus medianita y amalequita hacia el norte de la península Arábiga. Fue necesario otro milenio para que el dromedario se estableciera también en todo el norte de África. Ambas especies de camellos son mamíferos rumiantes, que almacenan grasa en las gibas de la parte superior del cuerpo. Los pies son anchos, planos y almohadillados, con dos dedos en cada uno, diseñados para no hundirse en la arena. El camello bactriano esta adaptado al frío y a las zonas montañosas, con su pelo largo y oscuro, sus patas cortas y un cuerpo mas macizo que el del dromedario, que esta mejor adaptado a climas áridos y calientes y a terrenos predominantemente llanos. Un ejemplar adulto de camello bactriano mide 200cm hasta lo alto de sus gibas, y los dromedarios alcanzan 215cm. con un peso de 300-600kg, los camellos pueden soportar cargas de 130-200kg en desplazamientos de largos periodos, y las caravanas de dromedarios cubren 40km al día. Las de camellos bactrianos tienen un alcance diario de 50km. Sin embargo, razas especializadas de dromedarios pueden mantener una velocidad de 13-16km/h durante mas de 18 horas. Como animal de combate, el camello tiene algunas ventajas notables. Evolucionando para vivir en zonas desérticas, apenas tiene enemigos naturales, y así es mucho menos asustadizo que el caballo. Aunque de temperamento notablemente nervioso, es lo bastante dócil cuando se le adiestra y maneja de la forma adecuada. Supera en resistencia al caballo, y puede comer prácticamente cualquier hierba, hoja o rama. Es proverbial la capacidad del camello de caminar durante una semana sin necesidad de beber. Junto con otras adaptaciones de la vida en el desierto, los camellos, sobre todo los dromedarios, ofrecían a sus jinetes una notable movilidad estratégica; se conocen casos de incursiones de nómadas norteafricanos de más de 1.000km de desierto. Por otra parte, los caballos no familiarizados con camellos probablemente se asustarían de ellos. Ciro el Grande, rey de Persia, aprovecho esta tendencia en la batalla de Sardis en el año 546 a.C. Enfrentando a una importante fuerza de caballería lidia armada con lanzas, reunió a todos los camellos que seguían a su ejercito con los víveres y el equipaje, les retiro las cargas y puso sobre ellos a hombres equipados como jinetes. Les ordeno que avanzaran contra los caballos lidios, ordenando a su infantería que siguiera a los camellos, y a la caballería que marchara en pos de la infantería. Incapaces de soportar la visión de estos extraños animales, los caballos lidios reaccionaron tal y como había esperado Ciro, y salieron de estampida. Los lidios desmontaron y lucharon a pie, pero a pesar de su coraje fueron derrotados. Los camellos en este caso eran bactrianos casi con toda seguridad, aunque los dromedarios habrían tenido el mismo efecto.
Las ventajas del camello se compensaban en gran medida por sus inconvenientes, que limitaban su ámbito e importancia como bestia de guerra. Adaptados a condiciones desérticas, los camellos no prosperaban en climas húmedos, que interferían en su ciclo de procreación. Montar en dromedario con soltura era una dificultad, debido a que la joroba del animal, un depósito de grasa, podía romperse y hundirse bajo la carga. Las primeras respuestas consistieron en disponer una silla acolchada sobre los cuartos traseros del animal, o rodear la giba con cojines atados por delante y por detrás. Los relieves de Assurbanipal muestran incursiones guerreras de árabes en camello, cada animal con dos guías desnudos, uno de los cuales le controla con un largo bastón mientras que el otro dispara con un gran arco. Encaramados como podían en la parte superior de los cojines, es improbable que esta pobre imitación de los equipos de guerreros de carros pudiera usar ningún tipo de arma para el combate cercano. Los bien armados asirios no habrían tenido grandes problemas para derrotarlos. Sin embargo, algún tiempo después del año 500 a.C., se invento la silla de Arabia del norte. Consistía en dos grandes arcos en forma de V invertida, unidos por varas y apoyados en almohadillas dispuestas delante y detrás de la joroba. Un guía podía sentarse firmemente sobre los cojines situados en la silla; colgar de ella los equipos y suministros; y luchar desde esta posición con cierta eficacia, usando incluso lanzas y largas espadas, así como armas arrojadizas. También habría tenido mejor opción de controlar al animal, usando una brida y riendas además de una vara, si fuera el caso. Mejor equipados, los guías de los dromedarios pasaron a tener un mayor impacto militar, jugando un papel importante para que, primero los árabes nabateos y después la ciudad siria de Palmira, dominaran las rutas comerciales a través del desierto. Los romanos también criaron unidades “dromedarii” para vigilar sus fronteras en el desierto. Los partos y los persas sasánidas hicieron igualmente uso de las unidades de camellos; los partos llegaron a experimentar (sin éxito) con catafractos en camellos. Sin embargo, pese a todo ello, el camello no pudo competir con el caballo como animal de guerra, pues carecía de su velocidad y capacidad de maniobra. Al no tener enemigos naturales en el desierto, los camellos no desarrollaron la aptitud de moverse con rapidez. Podían alcanzar un ritmo de hasta 25km/h, pero solo durante una hora, después de lo cual debían descansar y recuperarse. Un galope es un ritmo muy infrecuente para ellos, lo que exigiría un animal bien entrenado y un jinete experto, y aun así solo se mantendría durante 1km. las fuerzas nabateas fueron principalmente infantería montada en camello, y la mejor fuerza militar de los habitantes de Palmira residía en sus arqueros y catafractos a caballo, no en sus tropas sobre camellos. Incluso los árabes del desierto preferían desmontar de sus camellos y luchar a pie, o usar caballos en la batalla. Como consecuencia, aunque el porteo en camello llego a sustituir al uso de vehículos con ruedas en el Cercano Oriente y en el norte de África durante los inicios de la Edad Media, el dromedario como bestia de carga tuvo una importancia solo regional, mientras que el camello bactriano, al actuar en un territorio mas amable para el caballo, se uso todavía menos.

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