La costa norte de Perú, en cambio, fue dominada por la cultura moche entre los años 1-600d.C. centrada en los valles Moche y Chicaza y acrecentado por medio de conquistas militares, el territorio mache se extendía desde el valle Pacasmayo, por el norte, hasta los valles Santa y Nepeña, por el sur. Construyeron impresionantes centros urbanos y religiosos. Uno de ellos fue la pirámide del sol ubicada en Moche, una estructura sólida de adobe de 350 metros de longitud y 40 metros de altura. Se edificaron importantes obras públicas, incluyendo sistemas de irrigación que permitieron a los agricultores utilizar las tierras del desierto para cultivar maíz, maní, pimienta y camotes. Los artesanos elaboraron la más fina cerámica y orfebrería en oro de América precolombina. Los orfebres dominaron las técnicas del enchapado en oro, las aleaciones y la fundición mediante el proceso de colada a la cera perdida o usando moldes. Los ceramistas utilizaban moldes para producir vasijas en serie y también elaboraron vasijas con asa en forma de estribo, decoradas con escenas cotidianas, de guerra o mitológicas. Entre los años 500-1.000d.C. (El periodo del Horizonte Medio), surgieron dos imperios, los que dominaron gran parte de la región central y sur de los Andes y partes de la costa. Se desconoce la relación que hubo entre ellos, pero compartieron el estilo artístico, lo que sugiere una religión en común. La primera civilización se denomino de acuerdo con su capital, Tiahuanaco, una populosa ciudad ubicada en el altiplano de Bolivia, centro de peregrinaje religioso de toda la región de los Andes, famosos por su arquitectura megalítica y por sus austeras esculturas en piedra. Diversos motivos en su arquitectura en piedra, como las figuras aladas y felinos, también se encuentran representados en vasijas policromas y en telas multicolores. Si bien estos siguen el estilo local, se distinguen rastros de cultura chavín. En una zona extensa, pero difícil de definir, del sur de Perú y el norte de Chile se observan rasgos de influencia cultural y religiosa de Tiahuanaco. El segundo imperio, el Huari, tenia su centro en la cuenca de Ayacucho. Los motivos del estilo Tiahuanaco, también se encuentran en la cerámica Huari, aunque con mayor crudeza, lo que indica que hubo contacto e intercambio de ideas entre los dos imperios. Después del año 500d.C., el imperio Huari se expandió con rapidez y su influencia se extendió, hacia la costa, hasta Chancang, cubriendo un área equivalente a mas de la mitad del Perú actual. Se construyeron grandes asentamientos planificados en toda la región, los que consistían en recintos amurallados que contenían complejos religiosos, fuertes militares, bodegas, casas y talleres de artesanos. Los imperios de Tiahuanaco y Huari administraron sus bastos territorios desde centros construidos para dichos efectos, donde los funcionarios gubernamentales supervisaban las obras públicas construidas por los habitantes como una forma de impuesto al trabajo. Sin embargo, a diferencia de los Tiahuanaco, los Huari eran un poderoso estado militar, unificado por un programa planificado de construcción de caminos y colonización. De estos métodos de explotación y control dependieron las culturas posteriores, especialmente la autoritaria cultura Inca. Mil años antes que los Incas asumieran el poder y crearan el imperio mas grande que existiera en el continente Americano, ya se habían echado sólidos cimientos políticos, religiosos y sociales.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Las primeras civilizaciones del Perú
La historia de las culturas ubicadas al centro y sur de los Andes desde el año 1.000a.C. al 1.000d.C. es compleja y aun en parte incomprendida. Sin embargo, al igual que los olmecas en Centroamérica, estas culturas dieron origen a las características que mas tarde se encontraron en todas las civilizaciones andinas posteriores. Los periodos de uniformidad generalizada de la zona (Horizontes Antiguos y Medios) alternados con épocas de diversidad regional (Periodos Intermedios) constituyeron el patrón básico. El periodo del Horizonte Antiguo (1.200-200a.C.) fue dominado por la cultura chavín, la primera civilización andina. Los primeros sitios arqueológicos chavín datan del año 1.200a.C.; sin embargo, se denomino chapín por el sitio de Chavín de Huantar, que alcanzo su apogeo en el periodo comprendido entre el 850 y 200a.C. en ese lugar se encontró un importante complejo de templos, con su monumental plataforma, construida con piedra, llena de pasajes y habitaciones. En el se escondían objetos de culto; aun se encuentra en pie la Gran Imagen, un tallado en piedra de 4,5 metros de altura de una deidad con colmillos salientes, una boca con un gesto hosco y cabello hecho con serpentina. El panteón chavín tiene jaguares, águilas, caimanes, serpientes y figuras antropomórficas con estas mismas características. La esfera de influencia chavín se extendía desde el valle Lambayeque por el norte hasta Paracas en la costa sur. En toda esa zona se han encontrado artículos de cerámica, concha, madera, piedra, plata y oro, así como telas hiladas y pintadas en buen estado de preservación, todos decorados con imágenes del panteón chavín. Hacia el 200a.C., en muchos valles andinos se habían desarrollado culturas locales, presagiando el retorno del regionalismo. Sin embargo, este periodo Antiguo Intermedio también fue testigo de dos importantes civilizaciones: la nazca y la moche. Los nazca, en la costa sur de Perú, continuaron las tradiciones establecidas de la región respecto de las excelentes telas y artesanías en cerámica. Las vasijas, pintadas antes de la cocción, estaban decoradas con animales, pájaros, peces y plantas, así como con trofeos con forma de cabezas humanas y cuerpos decapitados. Motivos similares, de gran tamaño, se encontraron en el área del desierto comprendida entre Cauachi y Palpa. Estas famosas líneas de Nazca se realizaron despejando el terreno de piedras para revelar la roca subyacente. Las líneas representan animales, como monos, arañas y pájaros, o formas geométricas. Se desconoce su propósito, pero podrían haber constituido ofrendas para los dioses.
La costa norte de Perú, en cambio, fue dominada por la cultura moche entre los años 1-600d.C. centrada en los valles Moche y Chicaza y acrecentado por medio de conquistas militares, el territorio mache se extendía desde el valle Pacasmayo, por el norte, hasta los valles Santa y Nepeña, por el sur. Construyeron impresionantes centros urbanos y religiosos. Uno de ellos fue la pirámide del sol ubicada en Moche, una estructura sólida de adobe de 350 metros de longitud y 40 metros de altura. Se edificaron importantes obras públicas, incluyendo sistemas de irrigación que permitieron a los agricultores utilizar las tierras del desierto para cultivar maíz, maní, pimienta y camotes. Los artesanos elaboraron la más fina cerámica y orfebrería en oro de América precolombina. Los orfebres dominaron las técnicas del enchapado en oro, las aleaciones y la fundición mediante el proceso de colada a la cera perdida o usando moldes. Los ceramistas utilizaban moldes para producir vasijas en serie y también elaboraron vasijas con asa en forma de estribo, decoradas con escenas cotidianas, de guerra o mitológicas. Entre los años 500-1.000d.C. (El periodo del Horizonte Medio), surgieron dos imperios, los que dominaron gran parte de la región central y sur de los Andes y partes de la costa. Se desconoce la relación que hubo entre ellos, pero compartieron el estilo artístico, lo que sugiere una religión en común. La primera civilización se denomino de acuerdo con su capital, Tiahuanaco, una populosa ciudad ubicada en el altiplano de Bolivia, centro de peregrinaje religioso de toda la región de los Andes, famosos por su arquitectura megalítica y por sus austeras esculturas en piedra. Diversos motivos en su arquitectura en piedra, como las figuras aladas y felinos, también se encuentran representados en vasijas policromas y en telas multicolores. Si bien estos siguen el estilo local, se distinguen rastros de cultura chavín. En una zona extensa, pero difícil de definir, del sur de Perú y el norte de Chile se observan rasgos de influencia cultural y religiosa de Tiahuanaco. El segundo imperio, el Huari, tenia su centro en la cuenca de Ayacucho. Los motivos del estilo Tiahuanaco, también se encuentran en la cerámica Huari, aunque con mayor crudeza, lo que indica que hubo contacto e intercambio de ideas entre los dos imperios. Después del año 500d.C., el imperio Huari se expandió con rapidez y su influencia se extendió, hacia la costa, hasta Chancang, cubriendo un área equivalente a mas de la mitad del Perú actual. Se construyeron grandes asentamientos planificados en toda la región, los que consistían en recintos amurallados que contenían complejos religiosos, fuertes militares, bodegas, casas y talleres de artesanos. Los imperios de Tiahuanaco y Huari administraron sus bastos territorios desde centros construidos para dichos efectos, donde los funcionarios gubernamentales supervisaban las obras públicas construidas por los habitantes como una forma de impuesto al trabajo. Sin embargo, a diferencia de los Tiahuanaco, los Huari eran un poderoso estado militar, unificado por un programa planificado de construcción de caminos y colonización. De estos métodos de explotación y control dependieron las culturas posteriores, especialmente la autoritaria cultura Inca. Mil años antes que los Incas asumieran el poder y crearan el imperio mas grande que existiera en el continente Americano, ya se habían echado sólidos cimientos políticos, religiosos y sociales.
La costa norte de Perú, en cambio, fue dominada por la cultura moche entre los años 1-600d.C. centrada en los valles Moche y Chicaza y acrecentado por medio de conquistas militares, el territorio mache se extendía desde el valle Pacasmayo, por el norte, hasta los valles Santa y Nepeña, por el sur. Construyeron impresionantes centros urbanos y religiosos. Uno de ellos fue la pirámide del sol ubicada en Moche, una estructura sólida de adobe de 350 metros de longitud y 40 metros de altura. Se edificaron importantes obras públicas, incluyendo sistemas de irrigación que permitieron a los agricultores utilizar las tierras del desierto para cultivar maíz, maní, pimienta y camotes. Los artesanos elaboraron la más fina cerámica y orfebrería en oro de América precolombina. Los orfebres dominaron las técnicas del enchapado en oro, las aleaciones y la fundición mediante el proceso de colada a la cera perdida o usando moldes. Los ceramistas utilizaban moldes para producir vasijas en serie y también elaboraron vasijas con asa en forma de estribo, decoradas con escenas cotidianas, de guerra o mitológicas. Entre los años 500-1.000d.C. (El periodo del Horizonte Medio), surgieron dos imperios, los que dominaron gran parte de la región central y sur de los Andes y partes de la costa. Se desconoce la relación que hubo entre ellos, pero compartieron el estilo artístico, lo que sugiere una religión en común. La primera civilización se denomino de acuerdo con su capital, Tiahuanaco, una populosa ciudad ubicada en el altiplano de Bolivia, centro de peregrinaje religioso de toda la región de los Andes, famosos por su arquitectura megalítica y por sus austeras esculturas en piedra. Diversos motivos en su arquitectura en piedra, como las figuras aladas y felinos, también se encuentran representados en vasijas policromas y en telas multicolores. Si bien estos siguen el estilo local, se distinguen rastros de cultura chavín. En una zona extensa, pero difícil de definir, del sur de Perú y el norte de Chile se observan rasgos de influencia cultural y religiosa de Tiahuanaco. El segundo imperio, el Huari, tenia su centro en la cuenca de Ayacucho. Los motivos del estilo Tiahuanaco, también se encuentran en la cerámica Huari, aunque con mayor crudeza, lo que indica que hubo contacto e intercambio de ideas entre los dos imperios. Después del año 500d.C., el imperio Huari se expandió con rapidez y su influencia se extendió, hacia la costa, hasta Chancang, cubriendo un área equivalente a mas de la mitad del Perú actual. Se construyeron grandes asentamientos planificados en toda la región, los que consistían en recintos amurallados que contenían complejos religiosos, fuertes militares, bodegas, casas y talleres de artesanos. Los imperios de Tiahuanaco y Huari administraron sus bastos territorios desde centros construidos para dichos efectos, donde los funcionarios gubernamentales supervisaban las obras públicas construidas por los habitantes como una forma de impuesto al trabajo. Sin embargo, a diferencia de los Tiahuanaco, los Huari eran un poderoso estado militar, unificado por un programa planificado de construcción de caminos y colonización. De estos métodos de explotación y control dependieron las culturas posteriores, especialmente la autoritaria cultura Inca. Mil años antes que los Incas asumieran el poder y crearan el imperio mas grande que existiera en el continente Americano, ya se habían echado sólidos cimientos políticos, religiosos y sociales.
Publicado por Proletario en 9/24/2008 06:25:00 p. m.
Etiquetas: America precolombina, Culturas ancestrales, Prehistoria
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