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sábado, 31 de octubre de 2009

Los alquimistas chinos descubren la pólvora; ahora matar es mucho mas fácil

La invención de la pólvora en China en el siglo IX es uno de los inventos que marco un hito en la Historia, cuyo curso se vio alterado por hacer de la guerra un asunto mucho mas letal e influir en el destino de naciones enteras.
Irónicamente una de las fuerzas más destructivas del mundo fue descubierta por aquellos que trataban de prolongar la vida, no acortarla. El consenso general académico es que la pólvora fue descubierta por alquimistas chinos que buscaban el elixir de la inmortalidad. Los chinos experimentaron con varios elementos naturales confiando en encontrar la combinación justa para producir los efectos deseados. El esfuerzo fue muy concienzudo y pudo llevar, seguramente, décadas. Según una versión, una vez que un alquimista chino mezclaba los ingredientes apropiados, tenía que cocinar la receta durante 50 años o más. A medida que el alquimista se iba haciendo mayor, no había duda de que el trabajo se volvía mas urgente, pero esta era la clave del asunto: lograr los ingredientes apropiados y luego las cantidades adecuadas de dichos ingredientes.
Mientras los alquimistas chinos mezclaban sus sustancias iban conociendo sus propiedades. En 142d.C Wei Boyang escribió un tratado llamado “La similitud de los tres”, en el que describe lo que ocurre cuando se aplica calor a algunos elementos no identificados. Wei observa que la reacción es violenta y que bailan y vuelan en todas direcciones.
Esto puede significar que los chinos inventaron la pólvora mucho antes del nacimiento de Cristo, pero los escritos son demasiado esotéricos para dar evidencia creíble. Los investigadores están en terreno mas firme con Zhenyuan Miaodao Yaolue, un trabajo de la Dinastía Tang que data del 850d.C. Buscar la inmortalidad podía ser un negocio peligroso y el escritor puso esmero en advertir a los alquimistas que no debían jugar con ciertas sustancias. El autor Tang dejo claro que si se mezclan azufre, salitre, miel y algo llamado rejalgar se producen “humo y llamas”. De hecho, advertía que quienes habían aplicado calor a este brebaje habían sufrido quemaduras en “la cara y las manos” e incluso “la casa entera en la que trabajaban se había quemado”.
Una vez inventada la pólvora, los chinos comenzaron a buscar aplicaciones para esta sustancia maravillosa. Se pensaba que la primera pólvora solo se usaba para fines benignos, como fuegos artificiales en el nuevo año lunar. Ahora sabemos, sin embargo, que la pólvora tuvo aplicaciones militares desde el principio. El primer uso conocido de la pólvora para usos militares en China fue en el asedio de Tang en 904. Los ingenieros Tang utilizaron catapultas para lanzar trozos ardientes de pólvora de quemado lento hacia las posiciones enemigas. Era una mezcla de tecnologías antiguas y modernas, y parecían trabajar juntas muy bien. Las maquinas utilizadas en estas operaciones se denominaban “fei huo” o catapultas de fuego volador.
Las armas de fuego mas antigua conocida era la lanza de fuego, “buo qiang”, un arma que databa de 950 o antes. Es considerada como una primera pistola, no una verdadera pistola, pero si una antepasada de las armas de mano actuales. La lanza de fuego era solo eso, una lanza que tenia un tubo hueco relleno de pólvora unido con ascuas ardiendo para encender el mecanismo. En realidad era un lanzallamas pequeño capaz de lanzar llamas a más de 3 metros.
El tubo tenía 60 centímetros de largo y estaba hecho de papel fuerte con unas 20 capas de grosor. Aunque el objetivo principal era lanzar fuego, los soldados chinos llenaban a veces el tubo con trozos de porcelana, hierro y cualquier otra cosa que pudieran encontrar. Estos trozos sueltos podían provocar daños considerables y fueron consideradas como las primeras balas antiguas. La lanza de fuego era perfecta para los soldados que defendían la muralla de una ciudad. Estantes de lanzas de fuego podían transportarse a las almenas donde eran necesarios y los soldados no tenían que llevar ascuas con ellos, sino que habían braseros con ascuas colocados a intervalos en las murallas como fuente de ignición. Las armas eran mas efectivas de cerca, como cuando los soldados enemigos subían por las escaleras de asedio.
Los atacantes recibían el fuego mientras escalaban y si todo esto fallaba, la punta de la lanza de fuego actuaba como soporte defensivo. Durante una batalla en 1276 un Chiang Tsai se vio atacado por dos soldados con lanzas de fuego que ya habían descargado sus armas, y él se vio obligado a despacharlos con su espada.
La evidencia física más antigua de las lanzas de fuego esta sujeta a debate. La bandera de seda Dunghuang es una pieza que data de mediados del siglo X y afirma representar a un Buda tranquilo y meditabundo atacado por demonios. Uno de los demonios dispara algo parecido a una lanza de fuego, aunque el arma puede ser solo el producto de la imaginación del artista. Otros autores han debatido que las lanzas de fuego eran muy diferentes de la disposición usual de lanza y tubo. Y afirman que la lanza de fuego real era una sección de bambú hueca y rellena de pólvora, es decir, un arma de un solo disparo. En cualquier caso la primera bomba fue hecha de bambú y fue llamada “tuhuofiang” o lanza que dispara fuego. Esta arma fue vista por primera vez a finales de la época Song en 1259. Desde hacia mucho las pistolas largas eran fundidas en hierro o bronce. La pistola china mas antigua encontrada hasta ahora fue descubierta en 2004 y estaba hecha de bronce, llevaba una inscripción con la fecha 1271, cuando el mongol Kublai Khan estaba consolidando su gobierno en China. Pero quizá el hecho de mayor importancia fue la invención de la artillería por los chinos. Los cañones mas antiguos son de 1356, estaban hechos de hierro fundido y pesaban entre 60 y 270 kilogramos. Normalmente disparaban proyectiles de piedra o hierro, aunque a veces también disparaban flechas grandes con punta de acero y llevaban alerones de cuero. La artillería iba a demostrar que era un elemento vital en la guerra de asedio tanto para ataque como defensa. Cuando se invento la pólvora, parecía que no había limites para la inventiva china.
También se desarrollaron cohetes, así como varios tipos de bambas con carcasa blanda y carcasa de hierro. La bomba de carcasa blanda, también llamada “pi li pao” o bomba de trueno, era esencialmente un tubo de bambú hueco con un fusible en su núcleo. Alrededor del bambú se empaquetaban unas 30 piezas de porcelana junto con pólvora y capas de papel. Cuando se encendía el fusible, podían lanzarse desde las murallas de una ciudad asediada con un efecto devastador. Las bombas de carcasa dura, o “zhen tian lei” (trueno o literalmente trueno que agita el cielo), era una variación del mismo concepto. Normalmente se les atribuye a los Jin, la Dinastía de un pueblo jurchen que domino el norte de China a comienzos del siglo XIII. Las bombas tenían forma de calabaza y estaban hechas de hierro con un grosor de 50 centímetros. Cuando detonaban, los trozos de hierro volaban por el aire como la metralla moderna. El conocimiento de la pólvora y las pistolas se desplazo a Occidente por varias vías comerciales incluida la legendaria ruta de la seda. Los árabes hacían de comerciantes intermediarios para más objetos que los de lujo, como la seda y las especias, y fueron también transmisores de nuevas ideas. Los europeos conocieron la pólvora gracias a ellos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

El Ju.88 el halcón del Reich

El Junkers Ju.88 fue un excelente avión que, cuando se presento en 1939, despertó inmediatamente una gran sensación por la modernidad de su estructura, la excelente instalación de sus motores y sus excepcionales prestaciones. Todo lo confirmo su comportamiento durante la guerra. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, Alemania poseía la fuerza aérea mejor equipada del mundo, gracias a la laboriosidad y predisposición del Führer; por un lado, contaba con el gran caza Messerschmitt Bf.109 y, por otro, con el mejor bombardero en servicio de todas las aviaciones de Europa, precisamente el Ju.88. En marzo de 1939 se había dado ya una prueba de sus posibilidades, cuando el quinto prototipo del avión estableció un nuevo record de velocidad en su clase, consiguiendo una media de 517km/hora en circuito cerrado de 1.000km, transportando una carga de 2.000kg. Esta velocidad era casi la máxima que podía conseguir el caza ingles Hawker Hurricane, que en aquellos momentos comenzaba a entrar en servicio en la RAF. El bimotor alemán se empleo extensamente en todos los frentes de guerra y confirmo en todo tiempo su excelencia inicial. Asumió, siempre con eficacia sobresaliente, una gran variedad de misiones operativas, para lo que se le aplicaron diversas modificaciones, a fin de adaptarlo a las continuas exigencias evolutivas de la guerra aérea. Incluso en la última fase del conflicto, en los años 1944 y 1945, mantuvo su capacidad bélica como bombardero, avión de asalto y, sobre todo, como caza nocturno. En este papel su eficacia fue extraordinaria, estando a la par, o tal vez por encima de las prestaciones de los modelos similares de los aviones del mismo estilo de los demás países. El Ju.88 se hizo famoso en los comienzos de la guerra por el bombardeo en picado, que era su misión principal.
Esta maniobra ejercía sobre el aparato y sobre su tripulación unas solicitaciones especialmente intensa. Para tener garantía de éxito era preciso efectuarla según una secuencia de actos cuidadosamente programada. Durante el picado, el Ju.88 alcanzaba una velocidad de 650km/hora y era impresionante el espectáculo del avión lanzado a esta velocidad contra las ráfagas de balas trazadoras disparadas por la defensa antiaérea. Dice un piloto de aquellos tiempos: “La primera vez parecía imposible que pudiéramos salir de aquello. La realidad era que nos acercábamos al blanco muy rápidamente y que en picado no éramos un blanco fácil. Después de dos o tres misiones conseguíamos no preocuparnos”
Se comenzaba el picado a 3.000 metros de altura, y la maniobra duraba quince segundos. Al alcanzar los 1.500 metros sobre el objetivo, entraba en acción un avisador acústico, señal de prepararse para soltar la bomba. Cuatro segundos después, cuando la altitud era de 1.000 metros, el navegador, que observaba atentamente el altímetro, daba un golpe en la espalda del piloto, quien pulsaba el disparador. Instantáneamente, un mando automático llevaba el equilibrador a su posición máxima, para enderezar en morro del aparato, que iniciaba la ascensión, mientras los tripulantes se veían sometidos a una brutal aceleración. Este punto, en el que se reducía enormemente la velocidad, era el de máxima vulnerabilidad del avión. En zonas de gran defensa antiaérea, los pilotos no remontaban inmediatamente, sino que se alejaban del blanco volando a baja cota. En 1940 se puso a punto el dispositivo de apunte periscópico, que permitía un bombardeo en vuelo horizontal casi tan preciso como el del picado. De esta forma, el Ju.88 se pudo utilizar de ambas maneras: la táctica escogida dependía de las condiciones meteorológicas. Un piloto ingles que conoció el devastador poder del Ju.88 dijo: “Hubo varios aviones alemanes de gran calidad, mas con la excepción del Fw.190, ninguno suscito mi admiración como el Ochenta y ocho de Junkers”. Desde septiembre de 1939 hasta los primeros meses de 1945, 10.774 bombarderos salieron de las líneas de montaje alemanas en unas veinte versiones distintas. Además de ello hubo 6.150 ejemplares de la versión de caza de este versátil aparato. Como bombardero fue especialmente eficaz en la batalla de Inglaterra, muy superior, por supuesto, al Ju-87 Stuka.
Demostrándose una vez mas la excelencia y la perfección diseñado en la brillante mente de Adolf Hitler.

lunes, 26 de octubre de 2009

El camello en la guerra de la antiguedad

El camello bactriano, o de dos jorobas, fue utilizado principalmente como animal de transporte por los pueblos iranios y del Asia Central, aunque los persas aqueménida recurrieron también ocasionalmente a estos camellos como fuerza militar. El dromedario, o camello árabe, de una giba, se utilizo más a menudo como animal de guerra. Primero usado como alimento y después como bestia de carga, en torno al siglo XII a. C. fue llevado por las tribus medianita y amalequita hacia el norte de la península Arábiga. Fue necesario otro milenio para que el dromedario se estableciera también en todo el norte de África. Ambas especies de camellos son mamíferos rumiantes, que almacenan grasa en las gibas de la parte superior del cuerpo. Los pies son anchos, planos y almohadillados, con dos dedos en cada uno, diseñados para no hundirse en la arena. El camello bactriano esta adaptado al frío y a las zonas montañosas, con su pelo largo y oscuro, sus patas cortas y un cuerpo mas macizo que el del dromedario, que esta mejor adaptado a climas áridos y calientes y a terrenos predominantemente llanos. Un ejemplar adulto de camello bactriano mide 200cm hasta lo alto de sus gibas, y los dromedarios alcanzan 215cm. con un peso de 300-600kg, los camellos pueden soportar cargas de 130-200kg en desplazamientos de largos periodos, y las caravanas de dromedarios cubren 40km al día. Las de camellos bactrianos tienen un alcance diario de 50km. Sin embargo, razas especializadas de dromedarios pueden mantener una velocidad de 13-16km/h durante mas de 18 horas. Como animal de combate, el camello tiene algunas ventajas notables. Evolucionando para vivir en zonas desérticas, apenas tiene enemigos naturales, y así es mucho menos asustadizo que el caballo. Aunque de temperamento notablemente nervioso, es lo bastante dócil cuando se le adiestra y maneja de la forma adecuada. Supera en resistencia al caballo, y puede comer prácticamente cualquier hierba, hoja o rama. Es proverbial la capacidad del camello de caminar durante una semana sin necesidad de beber. Junto con otras adaptaciones de la vida en el desierto, los camellos, sobre todo los dromedarios, ofrecían a sus jinetes una notable movilidad estratégica; se conocen casos de incursiones de nómadas norteafricanos de más de 1.000km de desierto. Por otra parte, los caballos no familiarizados con camellos probablemente se asustarían de ellos. Ciro el Grande, rey de Persia, aprovecho esta tendencia en la batalla de Sardis en el año 546 a.C. Enfrentando a una importante fuerza de caballería lidia armada con lanzas, reunió a todos los camellos que seguían a su ejercito con los víveres y el equipaje, les retiro las cargas y puso sobre ellos a hombres equipados como jinetes. Les ordeno que avanzaran contra los caballos lidios, ordenando a su infantería que siguiera a los camellos, y a la caballería que marchara en pos de la infantería. Incapaces de soportar la visión de estos extraños animales, los caballos lidios reaccionaron tal y como había esperado Ciro, y salieron de estampida. Los lidios desmontaron y lucharon a pie, pero a pesar de su coraje fueron derrotados. Los camellos en este caso eran bactrianos casi con toda seguridad, aunque los dromedarios habrían tenido el mismo efecto.
Las ventajas del camello se compensaban en gran medida por sus inconvenientes, que limitaban su ámbito e importancia como bestia de guerra. Adaptados a condiciones desérticas, los camellos no prosperaban en climas húmedos, que interferían en su ciclo de procreación. Montar en dromedario con soltura era una dificultad, debido a que la joroba del animal, un depósito de grasa, podía romperse y hundirse bajo la carga. Las primeras respuestas consistieron en disponer una silla acolchada sobre los cuartos traseros del animal, o rodear la giba con cojines atados por delante y por detrás. Los relieves de Assurbanipal muestran incursiones guerreras de árabes en camello, cada animal con dos guías desnudos, uno de los cuales le controla con un largo bastón mientras que el otro dispara con un gran arco. Encaramados como podían en la parte superior de los cojines, es improbable que esta pobre imitación de los equipos de guerreros de carros pudiera usar ningún tipo de arma para el combate cercano. Los bien armados asirios no habrían tenido grandes problemas para derrotarlos. Sin embargo, algún tiempo después del año 500 a.C., se invento la silla de Arabia del norte. Consistía en dos grandes arcos en forma de V invertida, unidos por varas y apoyados en almohadillas dispuestas delante y detrás de la joroba. Un guía podía sentarse firmemente sobre los cojines situados en la silla; colgar de ella los equipos y suministros; y luchar desde esta posición con cierta eficacia, usando incluso lanzas y largas espadas, así como armas arrojadizas. También habría tenido mejor opción de controlar al animal, usando una brida y riendas además de una vara, si fuera el caso. Mejor equipados, los guías de los dromedarios pasaron a tener un mayor impacto militar, jugando un papel importante para que, primero los árabes nabateos y después la ciudad siria de Palmira, dominaran las rutas comerciales a través del desierto. Los romanos también criaron unidades “dromedarii” para vigilar sus fronteras en el desierto. Los partos y los persas sasánidas hicieron igualmente uso de las unidades de camellos; los partos llegaron a experimentar (sin éxito) con catafractos en camellos. Sin embargo, pese a todo ello, el camello no pudo competir con el caballo como animal de guerra, pues carecía de su velocidad y capacidad de maniobra. Al no tener enemigos naturales en el desierto, los camellos no desarrollaron la aptitud de moverse con rapidez. Podían alcanzar un ritmo de hasta 25km/h, pero solo durante una hora, después de lo cual debían descansar y recuperarse. Un galope es un ritmo muy infrecuente para ellos, lo que exigiría un animal bien entrenado y un jinete experto, y aun así solo se mantendría durante 1km. las fuerzas nabateas fueron principalmente infantería montada en camello, y la mejor fuerza militar de los habitantes de Palmira residía en sus arqueros y catafractos a caballo, no en sus tropas sobre camellos. Incluso los árabes del desierto preferían desmontar de sus camellos y luchar a pie, o usar caballos en la batalla. Como consecuencia, aunque el porteo en camello llego a sustituir al uso de vehículos con ruedas en el Cercano Oriente y en el norte de África durante los inicios de la Edad Media, el dromedario como bestia de carga tuvo una importancia solo regional, mientras que el camello bactriano, al actuar en un territorio mas amable para el caballo, se uso todavía menos.

sábado, 24 de octubre de 2009

La Heckler und Koch. Tradición y experiencia

Obviamente un buen producto no se desarrolla en algunos días, y la historia de los fusiles Heckler und Koch se remonta muchos años atrás. Comenzó en 1945, cuando la firma Mauser preparaba un nuevo fusil para el Ejército alemán del III Reich, lamentablemente la guerra término antes de que se llegase más allá de la construcción de prototipos. Los ingenieros del proyecto tuvieron que huir de los despiadados invasores, y algunos de ellos se refugiaron en España, y allí comenzaron a trabajar para CETME, el centro (hoy Compañía) de Estudios Técnicos de Materiales Especiales; con ellos llegaron a suelo español los planos del proyecto Mauser, que llevaron adelante hasta que en 1956, obtuvieron un fusil de asalto práctico.En su empeño por vender el nuevo producto, las autoridades españolas cedieron la licencia ala firma holandesa NWM. Por aquel entonces, el recién constituido Bundeswehr estaba buscando un nuevo fusil. Examino el NWM-CETME, aprobó algunas partes pero otras no, y ofreció el diseño a la Heckler und Koch para mejorarlo. La Heckler und Koch era una firma de posguerra que, por coincidencia, ocupaba una de las viejas fabricas de Mauser, con lo que el fusil cerraba así el circulo regresando a su lugar de nacimiento. Tras tres años de ulterior desarrollo, el Bundeswehr adopto el fusil con el nombre de Gewehr 3 (G3) y con el calibre de 7,62 mm, y la H und K empezó entonces a desarrollar algunas variantes. El G3 es algo inusual, pues emplea el sistema de funcionamiento por retroceso de masas, con acerrojamiento semirrigido y cañón fijo, que rara vez se utiliza en armas que disparan un cartucho tan potente. El secreto reside en el cierre; este tiene dos partes, una pieza delantera pesada (la cabeza del cierre) y una unidad posterior ligera (el portapercutor), con dos rodillos entre ambas partes. Cuando el conjunto del cierre se adelanta para introducir un nuevo cartucho en la recamara, sus dos mitades permanecen separadas por los rodillos. Cuando el cartucho esta en la recamara la cabeza se detiene, pero el portapercutor se sigue desplazando por la acción de un muelle. El extremo delantero del portapercutor tiene dos planos inclinados que, al avanzar, empujan los rodillos de la cabeza hacia el exterior de la misma, alojándolos en unos rebajes preparados en la pieza de bloqueo. Ahora los mecanismos están acerrojados, y el arma, lista para el siguiente disparo. Al apretar el disparador, se libera el martillo, que golpea el yunque del percutor para que este dispare el cartucho. La presión de la explosión empuja el casquillo hacia atrás y lo aprieta contra la cabeza del cierre. Este no puede retroceder porque los dos rodillos, introducidos en la pieza del bloqueo, se lo impiden, y estos, a su vez, no se pueden mover porque los planos inclinados del portapercutor están empujándolos hacia fuera. Sin embargo los rebajes de la pieza de bloqueo han sido cuidadosamente diseñados para que, al recibir la presión, permitan retroceder a los rodillos y esconderse de nuevo en la cabeza del cierre; al hacerlo, presionan contra los planos inclinados del portapercutor y empiezan a hacerlo retroceder también. Lentamente, todo el cierre empieza a moverse, a diferentes velocidades, hasta que los rodillos aprietan gradualmente contra el portapercutor hacia atrás, lo suficiente para que puedan salir totalmente de los rebajes. Tan pronto como lo hacen, todo queda en su sitio. El cierre vuelve a ser un conjunto homogéneo y se desplaza suavemente hacia atrás contra su muelle, extrayendo el casquillo vacío y montando el martillo. Cuando regresa a su posición avanzada, el ciclo vuelve a comenzar. El primer derivado del G3 fue el G3SG/1, ya que el ejército alemán occidental, luego de la guerra dividida, quería un fusil para francotiradores. Este no es más que un G3 que, durante el examen de fábrica, resulto ser especialmente preciso. Un derivado del G3SG/1 es el PSG/1; este utiliza los mismos mecanismos básicos, pero incorpora un cañón más pesado y un disparador muy sensible.
El último miembro de 7,62 mm de la familia fue el fusil G8, previamente denominado HK11E. El cual ha sido diseñado especialmente para el uso policial y para las fuerzas antiterroristas. Cuando el cartucho de 5,56 mm empezó a hacer sentir su presencia en los años sesenta, la H und K desarrollo un fusil adecuado: se trato de un G3 a menor escala pero que seguía utilizando el sistema de funcionamiento por retroceso de masas y acerrojamiento semirigido. Ha experimentado diversos cambios menores y ahora se lo conoce como fusil HK33. Cuando la OTAN adopto el cartucho de 5,56 mm como el reglamentario para los ejércitos alineados, lo hizo con una bala mas pesada que la M193 norteamericana. Esto desemboco en que las armas como el HK33, fabricadas para disparar la bala M193, no tuviesen unas prestaciones tan buenas con el nuevo cartucho. La firma Heckler und Koch desarrollo, por aquellos días, el G41, pensado para disparar la munición homologada por la OTAN; además podía hacer ráfagas de tres disparos. Seguido a esto, y ya arribados los años 80 se comenzaba a producir uno de los productos mas revolucionarios hasta el momento, el fusil de asalto G11. Totalmente distinto de cualquier otro fusil de la compañía Heckler und Koch y también de las demás armas de esta clase, pues es de calibre 4,7 mm y dispara cartuchos sin casquillo.
Esta noble arma puede hacer fuego semiautomático, totalmente automático o ráfagas de tres disparos a la impresionante cadencia de 2.300 proyectiles por minuto.
La Heckler un Koch, otro de los incontables adelantos que la humanidad le debe al cerebro del III Reich.