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martes, 30 de septiembre de 2008

Carlomagno y su Imperio

En el nudo de problemas sin resolver que Carlos (768-814) heredo con el reino (problemas administrativos, diplomáticos y militares) el mas apremiante era sin duda el de la seguridad de las fronteras. En el frente oriental la sumisión de los sajones requirió 25 años de durísimas expediciones militares (772-97) y fue obtenida al precio de conversiones forzadas, como la del jefe Vitiquindo (Witikind o Widukind), de deportaciones y de matanzas en masa: en Verden, en un solo día, fueron pasados por la espada 4.500 sajones. Entretanto se había concluido la cristianización de los frisones (770-790), mientras se habían hecho insistentes las incursiones de los avaros, situados entre el Danubio y el Tisza. Para mejor hacerles frente Carlos quito Baviera al infiel duque Tasilón, yerno de Desiderio (787-88). Exterminados los avaros (790-800), completo a continuación la obra con la creación de la Marca Oriental (Ostmark o Österreich = Austria). En el frente occidental choco con la población pirenaica de los vascos y con el Califato de Córdoba. Una petición de ayuda por parte de tres emires rebeldes al califa le ofreció el pretexto para intervenir en España; pero fue una expedición desafortunada, gastada en un vano asedio a Zaragoza. Durante la retirada la retaguardia franca fue atacada por los vascos en Roncesvalles (778); allí cayo Rolando, el mas famoso de los condes palatinos (o paladines). La derrota sufrida y la vastedad de los compromisos aconsejaron a Carlos una política prudente en este frente durante casi veinte años; la acción se hizo más decidida desde el 795, y llevo a la conquista de Barcelona y de Gothalandia (Cataluña) hasta el Ebro, y a la sucesiva creación de una Marca Hispánica. La definitiva sumisión de los longobardos requirió todavía tres expediciones entre el 776 y el 787, alma de la revuelta era el duque Ariqui de Benevento. En la última sublevación participo también Adelqui, desembarcado en Calabria con auxilios bizantinos.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Construyendo la Patria

El proyecto monárquico y la Constitución de 1819.

"El año 20, decían los aristócratas, era el que debía marcar el fin de la revolución, estableciendo el poder absoluto para consumar nuestro exterminio repartiéndose entre si los empleos y riquezas del país a la sombra de un niño coronado que ni por sí ni por la impotente familia a que pertenece podía oponerse a la regencia intrigante establecida y sostenida por ellos mismos."

Francisco Ramirez.

A mediados de la primera década del Siglo 19, el antiguo virreinato del Río de la Plata ya se perfilaba como un país, faltaba formalmente declarar la independencia de España, las condiciones internacionales apremiaban y los movimientos revolucionarios la exigían. De tal manera el Congreso reunido en Tucumán en 1816 homologa estos hechos enunciando que "las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli". Y ..."declaramos solemnemente a la faz de la tierra que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".
Una vez declarada la independencia quedaba un problema a resolver. La pregunta era la siguiente: ¿Qué forma de gobierno elegir? En el congreso de Tucumán se planteó seriamente la posibilidad de convertir al país en una monarquía. Napoleón había sido definitivamente vencido y en Europa señoreaba la Santa Alianza, que era un conjunto de monarquías aliadas muy reaccionarias, que se oponían a la constitución de republicas ya que éstas eran sinónimos de subversión, caos, ateismo y jacobinismo.

Los que estaban por la monarquía no tenían todas las mismas motivaciones. No se puede equiparar el monarquismo de San Martín, que proponía además una monarquía parlamentaria, admitiendo en la monarquía la posibilidad de un gobierno fuerte adecuado a las características y las grandes extensiones del país. No se lo puede comparar, con el concepto monárquico de un Manuel José García enajenado por fuerzas internacionales. Y cosa parecida ocurría con los republicanos. Algunos de los republicanos criollos coincidían en los intereses con Inglaterra. Gran Bretaña, estaba mucho mas interesada en instalar una republica en el Plata porque resultaba un régimen de más fácil penetración y dominación en razón a las propias tendencias y contradicciones del republicanismo como sistema. Los federales de las primeras dos décadas revolucionarias eran republicanos, porque asumían en el republicanismo la tendencia popular hacia el pluralismo democrático, por reacción histórica contra el unitarismo centralista establecido por los virreyes.

Algunos hombres importantes, Belgrano entre ellos, aconsejaron erigir una monarquía. La propuesta tuvo algunas posibilidades de cristalizar a través de gestiones diplomáticas muy complejas en Europa; también se barajó la idea de restaurar el trono de un Inca. Sin embargo, y más allá de las tratativas, estos proyectos no fueron más que sondeos de opinión que por más exigua que fuese, repudiaba la posibilidad de un monarca en Buenos Aires: eso habría sido el fin de la Revolución iniciada en 1810 que encontraba en Mariano Moreno a su pro hombre. El Pueblo, rechazaba esa posibilidad y prefería una opción mas abierta y democrática.
De manera tal que el Congreso en principio descarta el sistema monárquico. Pero deja aun abierta la posibilidad para que sigua siendo tratada en Buenos Aires cuando siga sesionando el Congreso para dictar una constitución.

En abril de 1819, el Congreso sanciona una Constitución, unitaria y absolutista, que no era ni monárquica ni republicana pero que dejaba las puertas abiertas para le entrada de un príncipe o un infante. Se trataba de una Carta Magna aristocratizante, con un Senado formado por delegados por las provincias, pero que al mismo tiempo incluía personajes designados por su propio carácter, tales como: rectores de universidad, generales, obispos etc. El texto no mencionaba la palabra república. La llamada constitución de 1819, no tuvo prácticamente vigencia y no funcionó porque la disidencia federal era ya muy grande, como muy profunda era también la desconfianza de los pueblos frente a las intrigas monárquicas de los porteños. Así las cosas, y después de una serie de hechos políticos y militares menores se sanciona la constitución y esto resultó una afrenta, una provocación para los pueblos del interior que conducidos por Ramírez y López marchan con sus montoneras gauchas hacia la ciudad Buenos Aires.

La Batalla de Cepeda y la gloria de Ramírez.

"Gloria a la Patria y honor a los libres. Triunfaron los libres en la inmediación de Pergamino contra el Tirano Porteño el día 1º de febrero. El 31 de enero marché sobre el enemigo que se halla en dicho punto...Campo de batalla. Febrero 1 de 1820".

Francisco Ramírez.Ramírez, como lugarteniente del Protector Artigas asumirá la función de jefe supremo del ejército federal. Estanislao López, el caudillo santafesino, se agrega a las fuerzas en calidad de aliado histórico del caudillo oriental. Se le pliegan también algunos desterrados del régimen: Alvear que prometía apoyo de importantes sectores porteños y el chileno Miguel Carreras que aporta alguna tropa y una imprenta que había comprado en Estados Unidos. Esta imprenta, volante, editaba un boletín "La Gaceta Federal" explosivo en su contenido.
En octubre de 1819 se reúnen los dos jefes, Ramírez y López, en Coronda para establecer planes comunes. Días después, el entrerriano lanza una proclama declarándole la guerra al Directorio, sostén político de la constitución aristocrática y antipopular, e invitando a sus paisanos a compartir la insurrección. Allí está ahora, Francisco "Pancho" Ramírez, como jefe supremo de los ejércitos federales en el umbral de la historia. Está frente a sus "Dragones de la Muerte" como se llamaban las disciplinadas montoneras entrerrianas. Conduce también a los dragones santafesinos de López, los guaraníes de Misiones, los mocovíes del Chaco y toda la montonera artiguista. En ese momento el régimen directorial se derrumba.

Pueyrredón renuncia al Directorio y asume Rondeau. El mismo Rondeau que nueve años antes fuera convencido por Ramírez para desertar del ejército español e ingresar a las filas revolucionaria artiguistas. El mismo Rondeau que está frente a él comandando las tropas porteñas.

El Director Rondeau pide auxilio a los ejércitos regulares. Ya se sabe que el General San Martín, fiel a su conducta patriótica, popular y revolucionaria, se niega a desenvainar su gloriosa espada en esta guerra civil, mucho menos en contra del pueblo. Solo le queda al Directorio el veterano Ejercito del Norte comandado por Belgrano al que Rondeau pide auxilio. Esta fuerza se niega también a participar en la contienda civil, se amotina en Arequito y esa sublevación deja al Directorio ya debilitado políticamente en un estado de total vulnerabilidad militar.

El 1º de febrero de 1820 en la cañada de Cepeda, en una atropellada de las montoneras federales se sella la suerte del Directorio oligárquico.
La batalla de Cepeda desde el punto de vista militar fue de las más "pobres" en la historia argentina pero en sus proyecciones políticas fue de las más fecundas. Las milicias directoriales, formadas en mayor parte por esclavos comprados por el gobierno para convertirlos en soldados, se desbandaron ante el ataque de Ramirez. Una sola carga bastó para desmoronar a los porteños que se dispersaron dejando la artillería en poder de los gauchos entrerrianos. Políticamente, institucionalmente había caído por primera vez desde 1810 la autoridad nacional, por primera vez desaparecía una entidad estatal que había ejercido, a veces solo formalmente, el poder sobre todo el antiguo virreinato.

Los sectores oligárquicos de Buenos Aires entran en pánico ante una supuesta posibilidad de "invasión" de las tropas federales. Vicente Fidel López expresa su repugnancia cuando relata el episodio: … "numerosas escoltas (de Ramírez y López) compuestas de indios sucios y mal trajeados a término de dar asco ataron sus caballos en los postes y cadenas de la Pirámide de Mayo mientras sus jefes se solazaban en el salón del ayuntamiento". Relato que habla por sí solo acerca del desprecio y el odio que siente la oligarquía por la figura de "Pancho Ramírez" y el recuerdo de la batalla de Cepeda. Los Regimientos de Ramírez y López entran en un Buenos Aires y atan la caballada a la Pirámide de Mayo recién construida...Comienza lo que la historia liberal denominó la "anarquía del año ‘20".

viernes, 26 de septiembre de 2008

Augusto, el habil emperador

En el año 29 a.C. Octavio regreso a Roma y con grandes ceremonias celebro el triunfo sobre sus rivales Antonio y la reina Cleopatra. Se sentía seguro en el poder, pero no obstante, tuvo en cuenta el fracaso de Cesar por llegar a la monarquía y procedió con notable prudencia y moderación. Simulo respetar la antigua organización republicana, pero hábilmente concentro en su persona todas las magistraturas que el pueblo engañado le entregaba una tras otra. Volvió a ser rey, aunque sin llevar ese titulo, pues el pueblo odiaba la monarquía.
Con el transcurso del tiempo el Senado le fue otorgando los siguientes títulos: Augusto (Sagrado, Majestuoso); Imperator (Emperador); Perpetuo o Jefe Supremo del ejercito, y Príncipe del Senado, o sea, el primer ciudadano de Roma. También se le confirieron todas las magistraturas republicanas sin límites legales: tribuno, censor, cónsul vitalicio, procónsul perpetuo, pontífice máximo o jefe de la religión, etc.

Augusto gobernó como un monarca absoluto, pero mantuvo las antiguas instituciones republicanas. Vivió como simple ciudadano; vestía una toga y en el Senado emitía el voto igual que los demás miembros. En los tribunales se presentaba a declarar como un testigo y muchas veces rogaba al pueblo para que votara los candidatos que el proponía ante la asamblea.
Se dice que momentos antes de morir pidió un espejo y se acicalo, luego llamo a sus amigos y les dijo: “la comedia ha concluido… ¿he desempeñado bien mi papel?” y luego agrego: “Si estáis contentos, aplaudid”.
Sus contemporáneos lo llamaron “Princeps” (el primero), de donde deriva el nombre de principado con que se designa el gobierno personal de Octavio; también se lo conoce como Imperio (de Emperador).

Augusto, que fue un muy hábil estadista, gobernó el mundo romano desde el año 27 a.C: hasta el año 14 de la era cristiana, auque la dignidad imperial subsistió cerca de tres siglos. Como dijimos, mantuvo la antigua organización republicana, pero el principado era de hecho un despotismo militar, pues estaba basado en el poderío del ejército.
El Senado perdió importancia cuando el nuevo mandatario creo el Consejo de Príncipes al que consultaba en los asuntos de gobierno, entre cuyos miembros se destacaron sus amigos: Mecenas, protector de las artes y las letras y Agripa, su mas grande general.
La asamblea del pueblo continúo reuniéndose, pero no votaba leyes sino que elegía a los magistrados propuestos por Augusto.

Para jerarquizar y embellecer la ciudad de Roma y brindar seguridad y mejor alimentación a sus habitantes, estableció nuevos funcionarios o prefectos que fueron: del pretorio o jefe militar de la guardia personal del emperador; de la ciudad, a cargo de los problemas edilicios; de la anona, ocupado en la distribución de alimentos, y de los vigiles, especie de jefe de policía.
Para determinar la población de sus dominios el emperador ordeno levantar un censo y luego dividió el amplio territorio en veinticinco provincias.

En esas épocas, los límites del imperio romano eran los siguientes: al norte, el Canal de la Mancha, el Rin, el Danubio y el Mar Negro; al sur, el desierto de Sahara; al este, el Eufrates y el desierto de Siria y al oeste el océano Atlántico. La población ascendía a unos cien millones de habitantes.
Las provincias fronterizas se llamaron imperiales y estaban al mando de un gobernador (legado de Augusto); las ubicadas en el interior del territorio, y que no necesitaban soldados para su defensa, recibieron el nombre de provincias senatoriales y fueron administradas, como antes, por cónsules o propretores.

Para mejorar la administración financiera las provincias fueron divididas en distritos. El cobro de los impuestos y la custodia de los fondos públicos estaban a cargo de los procuradores.
Augusto estableció el uso obligatorio de una moneda uniforme en todos sus dominios, protegió el comercio, construyo buenos caminos y organizo un correo que le permitió enviar rápidamente sus órdenes.
Además, reorganizo el ejército para defender las fronteras y mantener el extenso imperio que abarcaba seis millones de kilómetros cuadrados. También aumento la flota destinada a vigilar las costas.

En el aspecto religioso Augusto, elegido pontífice máximo, se hizo adorar como un dios, ordeno construir diversos templos y restauro otros destruidos durante las guerras civiles. Mientras el emperador se ocupaba en extender el paganismo, se producía en Judea un hecho de gran importancia: el nacimiento de Jesucristo.
En cuanto al orden interno, puso fin a las guerras civiles y el templo de Jano, que se abría en tiempos de guerra, cerró sus puertas. Fue la época llamada Pax romana u octaviana.
En los territorios fronterizos, los conflictos bélicos no cesaron. En España, los cántabros se opusieron a la unificación de España emprendida por los romanos; iniciaron una revuelta, pero finalmente, debieron rendirse. Los partos se sublevaron en Asia Menos, pero también entregaron las armas. Tampoco tuvieron éxito los bárbaros en las fronteras con el río Danubio porque luego de una sublevación, fueron duramente sometidos.

La guerra contra los germanos, que habitaban entre el Rin y el Elba, adquirió mayor importancia. El ejército imperial a las órdenes de Quintillo Varo cayó en una emboscada y fue aniquilado. Esta sorpresiva liberación de Germania se produjo en el año 9 de nuestra Era. Roma renuncio a conquistar ese territorio y mantuvo su frontera en el Rin.
Durante su gobierno el emperador protegió las artes y las ciencias, brindando todo su apoyo a esa rama de la civilización. Esta época se ha llamado Siglo de Augusto, pues comienzan las construcciones monumentales, las bellas esculturas y las mas variadas manifestaciones del intelecto que hicieron de Roma el principal centro artístico del mundo antiguo.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Las primeras civilizaciones del Perú

La historia de las culturas ubicadas al centro y sur de los Andes desde el año 1.000a.C. al 1.000d.C. es compleja y aun en parte incomprendida. Sin embargo, al igual que los olmecas en Centroamérica, estas culturas dieron origen a las características que mas tarde se encontraron en todas las civilizaciones andinas posteriores. Los periodos de uniformidad generalizada de la zona (Horizontes Antiguos y Medios) alternados con épocas de diversidad regional (Periodos Intermedios) constituyeron el patrón básico. El periodo del Horizonte Antiguo (1.200-200a.C.) fue dominado por la cultura chavín, la primera civilización andina. Los primeros sitios arqueológicos chavín datan del año 1.200a.C.; sin embargo, se denomino chapín por el sitio de Chavín de Huantar, que alcanzo su apogeo en el periodo comprendido entre el 850 y 200a.C. en ese lugar se encontró un importante complejo de templos, con su monumental plataforma, construida con piedra, llena de pasajes y habitaciones. En el se escondían objetos de culto; aun se encuentra en pie la Gran Imagen, un tallado en piedra de 4,5 metros de altura de una deidad con colmillos salientes, una boca con un gesto hosco y cabello hecho con serpentina. El panteón chavín tiene jaguares, águilas, caimanes, serpientes y figuras antropomórficas con estas mismas características. La esfera de influencia chavín se extendía desde el valle Lambayeque por el norte hasta Paracas en la costa sur. En toda esa zona se han encontrado artículos de cerámica, concha, madera, piedra, plata y oro, así como telas hiladas y pintadas en buen estado de preservación, todos decorados con imágenes del panteón chavín. Hacia el 200a.C., en muchos valles andinos se habían desarrollado culturas locales, presagiando el retorno del regionalismo. Sin embargo, este periodo Antiguo Intermedio también fue testigo de dos importantes civilizaciones: la nazca y la moche. Los nazca, en la costa sur de Perú, continuaron las tradiciones establecidas de la región respecto de las excelentes telas y artesanías en cerámica. Las vasijas, pintadas antes de la cocción, estaban decoradas con animales, pájaros, peces y plantas, así como con trofeos con forma de cabezas humanas y cuerpos decapitados. Motivos similares, de gran tamaño, se encontraron en el área del desierto comprendida entre Cauachi y Palpa. Estas famosas líneas de Nazca se realizaron despejando el terreno de piedras para revelar la roca subyacente. Las líneas representan animales, como monos, arañas y pájaros, o formas geométricas. Se desconoce su propósito, pero podrían haber constituido ofrendas para los dioses.
La costa norte de Perú, en cambio, fue dominada por la cultura moche entre los años 1-600d.C. centrada en los valles Moche y Chicaza y acrecentado por medio de conquistas militares, el territorio mache se extendía desde el valle Pacasmayo, por el norte, hasta los valles Santa y Nepeña, por el sur. Construyeron impresionantes centros urbanos y religiosos. Uno de ellos fue la pirámide del sol ubicada en Moche, una estructura sólida de adobe de 350 metros de longitud y 40 metros de altura. Se edificaron importantes obras públicas, incluyendo sistemas de irrigación que permitieron a los agricultores utilizar las tierras del desierto para cultivar maíz, maní, pimienta y camotes. Los artesanos elaboraron la más fina cerámica y orfebrería en oro de América precolombina. Los orfebres dominaron las técnicas del enchapado en oro, las aleaciones y la fundición mediante el proceso de colada a la cera perdida o usando moldes. Los ceramistas utilizaban moldes para producir vasijas en serie y también elaboraron vasijas con asa en forma de estribo, decoradas con escenas cotidianas, de guerra o mitológicas. Entre los años 500-1.000d.C. (El periodo del Horizonte Medio), surgieron dos imperios, los que dominaron gran parte de la región central y sur de los Andes y partes de la costa. Se desconoce la relación que hubo entre ellos, pero compartieron el estilo artístico, lo que sugiere una religión en común. La primera civilización se denomino de acuerdo con su capital, Tiahuanaco, una populosa ciudad ubicada en el altiplano de Bolivia, centro de peregrinaje religioso de toda la región de los Andes, famosos por su arquitectura megalítica y por sus austeras esculturas en piedra. Diversos motivos en su arquitectura en piedra, como las figuras aladas y felinos, también se encuentran representados en vasijas policromas y en telas multicolores. Si bien estos siguen el estilo local, se distinguen rastros de cultura chavín. En una zona extensa, pero difícil de definir, del sur de Perú y el norte de Chile se observan rasgos de influencia cultural y religiosa de Tiahuanaco. El segundo imperio, el Huari, tenia su centro en la cuenca de Ayacucho. Los motivos del estilo Tiahuanaco, también se encuentran en la cerámica Huari, aunque con mayor crudeza, lo que indica que hubo contacto e intercambio de ideas entre los dos imperios. Después del año 500d.C., el imperio Huari se expandió con rapidez y su influencia se extendió, hacia la costa, hasta Chancang, cubriendo un área equivalente a mas de la mitad del Perú actual. Se construyeron grandes asentamientos planificados en toda la región, los que consistían en recintos amurallados que contenían complejos religiosos, fuertes militares, bodegas, casas y talleres de artesanos. Los imperios de Tiahuanaco y Huari administraron sus bastos territorios desde centros construidos para dichos efectos, donde los funcionarios gubernamentales supervisaban las obras públicas construidas por los habitantes como una forma de impuesto al trabajo. Sin embargo, a diferencia de los Tiahuanaco, los Huari eran un poderoso estado militar, unificado por un programa planificado de construcción de caminos y colonización. De estos métodos de explotación y control dependieron las culturas posteriores, especialmente la autoritaria cultura Inca. Mil años antes que los Incas asumieran el poder y crearan el imperio mas grande que existiera en el continente Americano, ya se habían echado sólidos cimientos políticos, religiosos y sociales.

martes, 23 de septiembre de 2008

Los piratas de las Antillas

El comercio de España en sus dominios americanos se vio perjudicado por la agresión de piratas y corsarios, muy frecuentes en el siglo XVII y parte del XVIII.
Llamabase pirata al ladrón de los mares, que atacaba cualquier nave y cuyos actos no eran reconocidos por ningún gobierno. Corsario era el capitán que tenia patente para asaltar y hundir los navíos de una nación enemiga y repartía botín con el rey, cuya bandera enarbolaba; pero también sucedió que atacara embarcaciones o factorías neutrales, convirtiéndose en ese caso el pirata.

Por ejemplo, el gobierno francés extendía la patente de corso de esta manera:

“el gobierno francés por la presente permite a…. hacer armar y equipar de guerra un…. De….. toneladas, mandado por el capitán….. con tantos cañones, balas, pólvora y plomo, y con las municiones de guerra y víveres que crea necesario para hacer el corso contra los enemigos de la Francia, y los piratas, ladrones y vagabundos, donde quiera que los encuentre, para traerlos prisioneros con sus naves, armas y demás objetos apresados, con la obligación por parte del armador y del capitán, de arreglarse a las leyes, ordenanzas, etc.”

Las frecuentes guerras europeas distrajeron a la armada española, oportunidad que aprovecharon aventureros ingleses, franceses y holandeses, para ocupar y establecerse en varias islas de las Antillas menores –Tortuga, Bárbara, San ANDRES, San Cristóbal, etc.-, desde Puerto Rico hasta el Orinoco.

En poco tiempo el mar Caribe se transformo en el centro de la piratería contra España, cuyas naves eran atacadas impunemente por esos salteadores de los mares, en su gran mayoría con la complicidad y apoyo de Inglaterra siempre recurriendo a la piratería y el robo.
En el archipiélago antillano, especialmente en la Tortuga, se formaron agrupaciones de “bucaneros”, “filibusteros”, “hermanos de la costa” y “pechilingues”, que contaban con estatutos, depósitos, arsenales y hasta servicios médicos y asistencia social, entre sus integrantes.
Muchos son los nombres de los filibusteros que asolaron la ruta obligada de España con México y Perú. En 1562, el ingles John Hawkins inicio un inhumano trafico negrero entre África y las Antillas, amparado por la reina Isabel, que lo condecoro y le concedió el uso de un distintivo especial.

Francis Drake, compañero del anterior, ataco en 1572 varios dominios españoles en Centroamérica. En 1577 inicio desde el puerto de Plymouth un largo derrotero: costeó el Brasil, recalo en San Julián (patagonia Argentina), continúo por el estrecho de Magallanes y realizo numerosos actos de piratería en las costas chilenas.
Prosiguió por el pacifico hasta el norte y luego de atacar naves españolas y desolar ciudades de Nueva España (México) anclo en San Francisco. En ese puerto de detuvo varios meses, lapso que aprovecho para recorrer la zona, a la que bautizo Nueva Albión.
De allí partió rumbo a las Malucas y Java, doblo el cabo de Buena Esperanza (África) y regreso a Plymouth en 1580. en esta forma, y sin proponérselo, concluyo el segundo viaje alrededor del mundo.

Meter Heyn fue otro bucanero holandés, que obtuvo un grandioso botín al capturar numerosas naves españolas; se hizo tristemente celebre con su apodo de “pata de palo”. Sin embargo, el mas famoso caudillo antillano fue el filibustero Henry Morgan, quien se apodero de Portobelo, arraso Maracaibo, saqueo y quemo Panamá y se retiro a jamaica.

Los origenes de la guerra

En el epipaleolitico y protoneolitico (también llamados globalmente Periodo Mesolítico), que se extendieron entre el 12.000 y 8.000 a.C., se produjo una revolución en la tecnología de las armas que apenas tiene paralelo en los tiempos modernos, excepto en la invención de la pólvora, de la locomotora, del avión, de los carros de combate y de la bomba atómica. En aquel periodo hacen su aparición por primera vez cuatro nuevas armas de extraordinaria potencia, las cuales (junto con la lanza del Paleolítico) predominarían en la guerra hasta el actual milenio: el arco, la honda, la daga (o espada muy corta) y la maza. Esta tecnología nueva y revolucionaria de las armas se combino con la invención de tácticas militares y, en la escala histórica, dieron origen a la verdadera guerra. Nadie sabe cuando se inventaron el arco y la flecha, pero probablemente aparecieron ya muy avanzado el Paleolítico (12.000 a 10.000 a.C.) y se extendieron con rapidez por el Mediterráneo. Las pinturas de las cuevas del Neolítico descubren claramente su empleo contra hombres y animales. Esta función de carácter guerrero debió desarrollarse antes, pero acaso demasiado tardíamente para ser representada en el arte de las cuevas del Paleolítico de Francia y España. El alcance de tiro de las armas se amplio espectacularmente. La lanza, cuando se usaba como arma arrojadiza, es decir, como jabalina, tenia un alcance aproximado de cuarenta y cinco metros, y el arco y la flecha lo duplicaron. Por otra parte, era un arma económica; lo era, al menos, el sencillo arco del Neolítico. Cualquiera podía construir uno y matar desde una posición oculta y alejada. Cuando actuaban hombres en grupo y disparaban sus armas a la voz de mando podían crear una poderosa barrera de proyectiles, y un solo hombre podía llevar muchas mas flechas que lanzas. De mucha mayor importancia para la historia de la guerra son las pruebas que existen de la aplicación de la estrategia y de la táctica al comienzo del Neolítico: el uso de tropas organizadas según un plan. Es creencia general, probablemente correcta, que las estrategias y la táctica en la guerra surgieron de los complejos esquemas de caza del hombre del Paleolítico. Hay numerosas pruebas de que grupos de hombres organizados, casi con certeza al mando de un comandante o jefe, ahuyentaban a los grandes animales, provocando el pánico en ellos para hacerlos caer por despeñaderos o llevarlos hasta zonas pantanosas. Estas suposiciones las confirman los hábitos de caza de las sociedades primitivas que perviven en los tiempos modernos.
Hay pruebas fehacientes, como todas las que nos ofrece el Neolítico, del despliegue de la columna y de la línea. Un erudito ha dicho:

“los pueblos que no se sirven de estos dos mecanismos sociológicos están, sin discusión, por debajo del horizonte militar. Sus luchas no pueden ser mas que simples peleas, cualquiera que sea la sangre derramada, y a eso no cabe llamarlo guerra… la línea es la formación táctica mas elemental y un rasgo sociológico sin el cual no se puede hablar de verdadera guerra.” La aparición de la columna y de la línea, que implican mando y organización, es sinónimo de la invención de la táctica. Existen numerosas representaciones rupestres de columnas y líneas ejecutantes disparando sus arcos. También algunas representaciones bastante seductoras de lo que podría llegar a ser la primera aparición de la armadura, los arqueros llevan ropa o medios de protección de uno u otro tipo. El vestuario suele describiere como un manto sobre los hombros, taparrabos y bandas en las rodillas, pero es también posible que, hechos de cuero o de corteza de árbol, sirvieran para proteger el pecho, los órganos genitales y las piernas. Mas intrigante todavía es la escena neolítica de arqueros en lucha que ilustra de forma embrionaria un doble envolvimiento, en el que una línea se mueve alrededor de la enemiga y ataca las dos alas adversarias. Esta hecha a una escala muy pequeña, con cuatro guerreros luchando contra tres, y seria absurdo querer extraer demasiadas conclusiones de ella, pero lo que si se ve que en el "ejercito de cuatro" los dos guerreros del centro avanzan contra el "ejercito de tres", mientras que los otros dos de las alas del de "cuatro" parecen realizar ataques de flanco. Es posible, por supuesto, que este orden de combate sea mas aparente que real y que fuese espontáneo, y no planificado, por otra parte, si el hombre de fines del Paleolítico y del Neolítico desplegaba en columna y línea y ejecutaba movimientos de flanqueo, cabe suponer que con sus nuevas armas pudiera poner en el campo ejércitos mas potentes que solo uno de cuatro contra tres; lo cierto es que desde siempre existió la violencia entre la humanidad, pero solo fue, con la invención de los despliegues en columnas y líneas donde la guerra se hace verdadera y deja de ser tan solo una pelea entre hominidos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

2330 a.C. Sargón, el conquistador supremo

El éxito del intento sin precedentes de Lugalzagesi para mantener unificados los amplios territorios que llego a controlar habría de resultar efímero. La lista real sumeria le asigna un reinado de 25 años, periodo tras el cual se vio superado por la aparición de uno de los protagonistas mas extraordinarios de toda la historia de Mesopotamia, cuya actividad y personalidad supusieron destacadas innovaciones y dejaron un recuerdo perdurable en los pueblos que habitaron entre el Tigres y el Eufrates: Sargón de Akkad. Aparece frecuentemente como el personaje central en oráculos y augurios, inscripciones y textos literarios que, copiados una y otra vez, configuran una tradición mítico-legendaria que hay que estudiar con atención y cautela a la hora de valorarla y utilizarla para la reconstrucción histórica. Su padre pudo ser un tal Laipum, mas extendida estaba otra tradición, la que decía que no lo conoció. Su madre, una sacerdotisa, con la culpa de haber roto los sagrados votos de castidad y haberlo engendrado, lo abandono en una cesta embetunada en el Eufrates, de lo que se salvo milagrosamente (aquí ya comienzan a verse las claras manifestaciones de protección divina), siendo recogido por Akki, un personaje humilde como evidencia su oficio de jardinero o aguador, con el que creció. Este armazón impreciso y misterioso entorno a su origen, no exento de contradicciones, puede reflejar una extracción no noble, incluso quizás exterior a las zonas de antigua tradición sedentaria de la baja Mesopotamia. En efecto, los textos informan que “Sargón creció entre el ganado”, que su lugar de origen fue Azupiranu (¿ciudad del azafran?), probablemente un mercado caravanero mas que una autentica ciudad, y que su familia provenía de la montaña. Se puede proponer que su procedencia última estaría en grupos en vías de sedentarizacion que se moverían en torno al valle medio del Eufrates y cuenca del Khabur.
En la vertiginosa carrera que realiza es auspiciado por los dioses Ishtar, su amante y protectora en la guerra y en la paz, y Marduk, lo que es sin duda un anacronismote las fuentes pues solo mucho mas tarde se hará popular esta deidad babilonia. Lo que nos interesa en todo caso es destacar el significado de la intervención divina, pues en Mesopotamia en general la realeza se legitimaba por la elección de los dioses más que por el origen; incluso se convirtió en un recurso común para evidenciar el respaldo celestial el contraponer una extracción humilde a los éxitos alcanzados. Este será el caso de Sargón: personaje influyente en la corte de Ur-Zababa de Kish, que no tardara en independizarse. Inicia una costumbre de gran éxito en la posterior historia del Próximo Oriente con la fundación de su propia residencia o ciudad capital, cuyo emplazamiento exacto aun no ha sido localizado pero que con toda seguridad se hallaría en la región de Kish y Babilonia. La llama Akkad, y el mismo adopta el nombre real de Sharrukin, que quiere decir “rey justo”, “rey legitimo” o “verdadero”, del que deriva Sargón. La expansión militar y territorial que supuso a la postre la creación del imperio de Akkad hay que entenderla en principio como una reacción ante la presión de Lugalzagesi, que se había anexionado Kish y aspiraba a someter toda la región al norte de Nippur. Un relato nos presenta a Sargón rehusando aceptar las intimidaciones de Lugalzagesi. Si la reconstrucción de los hechos es correcto, el acadio demostró ser un audaz e inteligente estratega: con un movimiento envolvente de sorprendente rapidez, aprovechando sin duda la red de canales para sus desplazamientos, se presenta de improviso en el sur, tomando la iniciativa; ataca la capital de su rival, Uruk, y finalmente lo derrota en combate, haciéndolo prisionero. La caída de Lugalzagesi no significo la sumisión de un país tradicionalmente compartimentado en una serie de entidades autónomas; por el contrario Sargón debe continuar la lucha con Ur, Lagash, Umma, etc., ciudades que van cayendo una tras otra y cuyas murallas son sistemáticamente destruidas. Al alcanzar el Golfo Pérsico consigue el sometimiento de todo Sumer; según los textos Sargón “lavo sus armas en el mar”, quizás como un sacrificio a los dioses, consiente de las hazañas realizadas, o como un acto expiatorio. Incluso reivindicara su autoridad sobre tierras allende el mar (Tilmun, actual isla de Bahrein). La brillantez de la victoria le permite lanzarse a una actividad auténticamente imperialista fuera de los tradicionales límites de la Baja Mesopotamia. Sargón se nos presenta así realmente como un pionero que señala las directrices a seguir por los posteriores soberanos babilonios con ambiciones expansionistas. Remontando el Eufrates alcanza Mari, Larmuti (que se ha querido identificar con un puerto de la costa fenicia) y Ebla, que se mantiene evidentemente como una entidad importante aunque su época mas brillante coincidió con el periodo anterior, el protodinastico. Llega hasta los “Bosques de Cedro”, que más que con el Líbano hay que relacionar con los montes Amanus, al norte de Siria, y las “Montalas de la Plata”, en la zona del Taurus. Hasta se habla que atravesó el mar para someter otras tierras, Chipre o Creta, o tal vez aun más lejos, aunque quizás sea más real suponer que se trataría de una navegación hacia la costa meridional anatolia a través del Golfo de Issos. La memoria de estas campañas sin precedentes en tan lejanos horizontes otorga a Sargón un halo épico a través del cual es difícil extraer la realidad de los acontecimientos históricos; hay un relato conocido como “El Rey de la Batalla” en el que aparece el soberano acadio aventurándose en Asia Menor para socorrer a un grupo de mercaderes; al margen de la exactitud de los datos que ofrece en indudablemente un texto que bebe de la tradición de Sargón como arquetipo del conquistador y que apunta muy significativamente hacia la fundamentacion económica como factor dominante del estado acadio. Sargón completa su expansión en el este al someter, o al menos humillar militarmente al Elam y, remontando el Tigres, al incorporar el país de Subaru, que incluye el territorio que luego se llamara Asiría, con el que aparecen vinculados algunos de los sucesores de Sargón (Manishtushu y Naramsin) y en una de cuyas ciudades principales, Ninive, apareció un retrato del fundador de Akkad. La amplitud del estado y la nueva concepción monárquica que se esta gestando imponen una significativa evolución de la titulatura real de Sargón: al principio se hace llamar sencillamente “rey de Akkad”, titulo al que añade el de “rey de Kish”, con todo el antiguo prestigio y preeminencia que implicaba, y tras vencer a Lugalzagesi, “rey del país (de Sumer)”. A partir de ese momento aparece un conjunto de expresiones que consagran la visión universal de su poder: Sargón será “El Rey del País, a quien Enlil no opuso rival, a quien Enlil dio el Mar Superior (Mediterráneo) y el Mar Inferior (Golfo Pérsico)”, “el que ha recorrido las cuatro zonas” (en que se divide el universo según la concepción mitica sumeria), “el que gobierna las cuatro zonas” o incluso el “rey de las cuatro zonas”. Pese a ello, la extensión y heterogeneidad de los territorios conquistados hicieron muy difícil su control, sucediéndose las insurrecciones que delataban una inestabilidad endémica. Hacia el final de su vida, Sargón tuvo que reprimir una sublevación general que incluso llego a amenazar su misma capital. No obstante el gran Sargón lego a la humanidad la cosmovisión de las grandes conquistas, iniciando un nuevo ciclo en las eras de las civilizaciones.