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sábado, 7 de marzo de 2009

El misterioso reino de los olmecas

La mayoría de las características fundamentales de la civilización centroamericana surgió entre los años 1200 y 1500 a.C.:: estelas y monumentos conmemorativos de gobernantes y sus reinos, el sistema de escritura jeroglífica, una compleja notación de cálculos basados en el calendario y el ritual de la pelota, jugado con una pelota de goma en un recinto especialmente construido –característica única de la civilización mesoamericana.- Surgieron villas y ciudades, dejando atrás a los primeros poblados agrícolas; hacia el 2000 a.C., la ciudad de Monte Albán, en Oaxaca, tenia una población de hasta 16.000 personas. Dichas ciudades eran regidas por elites que organizaban la inmensa mano de obra necesaria para construir los templos y palacios. Este periodo 1200-300 a.C.) Fue dominado por los olmecas, cuya tierra natal se encontraba ubicada en las selvas tropicales húmedas de la costa de Veracruz y Tabasco. Los olmecas son conocidos principalmente por sus tallados en piedra; se han descubierto pocos asentamientos, aunque hace algunos años se han realizado excavaciones en Teopantecuanitlán (Tlacozotittlán), en Guerrero, revelaron ruinas de una casa de familia de clase media asi como de un centro ceremonial desconocido hasta la fecha en la periferia del mundo olmeca. La información proviene principalmente de los centros ceremoniales como San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, donde se han hallado in situ esculturas monumentales de basalto y pequeños y exquisitos tallados en piedra dura. El poderoso estilo del arte olmeca nos ofrece una visión de su religión, dominada por un panteón de seres sobrenaturales temibles, en parte humanos y en parte animales. Los animales, prototipos de deidades centroamericanas posteriores, provienen de la fauna de los bosques pantanosos y de la costa: águilas reales, caimanes, serpientes y tiburones. El dios más representado era un hombre-jaguar concebido, según un relieve en Potrero nuevo, por una mujer y un jaguar. El producto de esta unión tenia rasgos abultados e infantiles y una boca con expresión hosca, comisuras hacia abajo, labios gruesos y colmillos. Los olmecas se extendían en un área de 200 x 50 km. Dentro de esta región, San Lorenzo, el centro conocido más antiguo, floreció desde el año 1200 al 900 a.C., cuando fue destruido. Su rol hegemónico fue asumido por La Venta, ubicada en una pequeña isla en la costa pantanosa. En ese lugar, se construyo una pirámide de arcilla de treinta y cuatro metros de altura, con la forma de cono volcánico acanalado que requirió un tiempo estimado de 800.000 días para completar el trabajo. Al norte se extienden dos plazas, una de ellas flanqueadas por columnas de basalto de tres metros de altura. El plano de recinto ceremonial se ha interpretado como una estilizada mascara de jaguar y, dentro de sus limites, se han encontrado tres pisos rectangulares de aproximadamente 480 bloques de serpentina dispuestos de manera de formar mascaras de jaguar. Dichos pisos constituyen ejemplos de un tipo de ofrendas religiosas o escondites, característicos de los hallazgos olmecas. Si bien los olmecas no eran un pueblo pacifico –según se puede juzgar por las figuras armadas mostradas en algunos monumentos- no eran forjadores de imperios. Establecieron redes comerciales para obtener materias primas exóticas como el basalto, la obsidiana, el cinabrio, la serpentina, el jade y el mineral de hierro. La influencia cultural olmeca se dejo sentir a grandes distancias –posiblemente incluso hasta el Monte Albán, en Oaxaca, donde los nativos, los zapotecas, desarrollaron su propia identidad culturakl y un estilo de construcción monumental en piedra.- en Oaxaca o en el valle de México, la influencia olmeca pudo haberse extendido tanto por la diplomacia, los vínculos matrimoniales y las actividades misionarias como por el comercio. Sin embargo, a pesar de dicha evidencia sobre la influencia olmeca, recientes investigaciones arqueológicas indican que el desarrollo de complejos urbanos y de ritos ceremoniales en Oaxaca, en San José Magote y en Morelos, en Chalcatzingo tuvo lugar en la misma época y en forma independiente del crecimiento olmeca en las tierras bajas de la costa del golfo. Como San Lorenzo, unos siglos antes, La Venta perdió su importancia y fue abandonada entre el 400 y 300 a.C., y la época de oro de los olmecas llego a su fin. La ocupación continúo en Tres Zapotes, pero solo como un efecto secundario. Sin embargo, en dichos sitios se encuentra una estela con una de las primeras fechas conocidas en el Nuevo Mundo, una inscripción calendaria, Cuenta Larga, que corresponde al 3 de septiembre del 32 a.C.

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