El calor y la luz de la explosión alcanzan temperaturas superiores a la del Sol en incluyen rayos ultravioleta, infrarrojos y de luz visible que incineran la materia orgánica y además prenden fuego a todos los materiales inflamables, como la madera. La única buena noticia al respecto del fogonazo nuclear es que sólo dura unos pocos segundos.La fuerza expansiva llega de dos formas: una onda de choque inicial y después los vientos que se originan por la succión del aire hacia la zona de vacío creada por la fuerza explosiva. La onda de choque destruye los edificios y el efecto de vacío derriba las estructuras previamente debilitadas por la onda. Está el peligro de los cristales y pequeños objetos en vuelo, además del derrumbamiento de los edificios. El elemento radiactivo
Las partículas alfa no perforan la protección superior de una trinchera de tiro, pero pueden ser ingeridas o inhaladas. Las partículas beta pueden causar quemaduras en una piel desprotegida y, si son ingeridas, atacan el conducto gastrointestinal, los huesos y la glándula tiroides. Los uniformes NBQ y las máscaras antigás proporcionan protección. Las partículas gamma son altamente dañinas y, aunque viajan a mayor lentitud que las alfa y las beta, afectan a todas las células del cuerpo.
Síntomas de enfermedad
Las armas nucleares se pueden detonar en tres modos: explosión aérea, en tierra y subterránea.
La explosión subterránea produce un cráter y muestra parte de la bola de fuego. La onda y la radiación varían según el tamaño del arma y la profundidad de su explosión. No obstante, las explosiones subterráneas sólo se emplean normalmente en pruebas nucleares. La detonación en tierra produce una explosión en la que la bola de fuego toca el suelo. Aquí produce un cráter y una onda de choque, calor y radiaciones inicial y residual. La radiación residual es especialmente densa, ya que el “hongo” de fuego succiona hacia arriba escombros que posteriormente deja caer al suelo junto a la lluvia radiactiva. La radiación afecta al suelo adyacente a la explosión y también convierte en radiactivos los equipos. Preferencia militar
En el estremecedor leguaje de la guerra nuclear, una explosión de superficie es “sucia”, ya que produce una gran cantidad de lluvia radiactiva que puede alejarse de la zona del blanco gracias al viento y contaminar otras áreas. El “atractivo” de una explosión en el aire es el impulso electromagnético (IEM) que origina, que quema todas las comunicaciones radiofónicas y telefónicas a menos que dispongan de protección contra la misma. En términos tácticos, destruye las comunicaciones del enemigo y mata a muchos de sus hombres en la zona del objetivo, pero deja el campo de batalla razonablemente “limpio” para las tropas propias.
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