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jueves, 21 de enero de 2010

T-54/55 acorazados del pasado

Los carros de la serie T-54/55 han entrado en combate más veces que cualquier otro de los carros de posguerra. Fueron T-54 los que entraron en Praga para sojuzgar el famoso movimiento de la primavera de 1968, y también los vehículos que se abrieron paso a través de las verjas del Palacio Presidencial de Saigón, poniendo fin a la guerra de Vietnam. Han peleado en la mayoría de los conflictos africanos y asiáticos desde los años sesenta, y son empleados en gran número por paises integrantes del ex-Pacto de Varsovia y las fuerzas armadas que habian sido equipadas por la ex URSS. Aunque los primeros ejemplares se construyeron hace ya 40 años, el T-54 sigue en servicio en muchos ejércitos, y varias empresas ofrecen módulos de modificación para actualizar a este veterano. La serie T-54 incluye diversas subvariantes. El modelo original de serie fue reformado casi de inmediato, y como se introdujeron numerosas alteraciones con carácter retrospectivo, resulta difícil distinguir entre una y otra versión. Los primeros T-54 eran carros muy básicos, casi propios de la II Guerra Mundial, pero montaban un armamento muy poderoso para la época. Su baja torre presentaba un blanco muy pequeño, pero a costa de situar al jefe, al tirador y al cargador en un espacio muy reducido.
En un armario en la parte trasera de la torre había tres disparos completos, y el cargador debía darse la vuelta e introducirlos en el cañón con la mano izquierda. Cada uno pesaba 25 kg, pero los problemas comenzaban al disparar, pues la torre de los T-54 y los primeros T-55 no tenía suelo. Cuando ésta giraba lo hacía también, claro, el cañón, pero no los tripulantes a menos que ocupasen su asiento, suspendido del techo: si estaban de pie, podías ser derribado por la culata del cañón. El armamento principal del T-54/55 es el cañón estriado D-10T de 100 mm, una pieza estupenda en su momento pero inadecuada para los años posteriores. La munición AP y HVAPDS-T del D-10 carece de penetración para destruir los carros más recientes salvo a corta distancia, y el proyectil HEAT es igualmente ineficaz. Era un cañón válido contra los M48, Leopard 1 y otros carros menos protegidos, pero los 15 o 20 segundos que cuesta recargarlo son un regalo para cualquier carro moderno servido por una tripulación competente. Motor peligroso

Los motores de los T-54/55 de fabricación soviética eran muy mediocres: los conductos de aceite se obstruían con frecuencia, con lo que el motor se sobrecalentaba e incendiaba. Al estar hechos de aleación de magnesio, ardían estupendamente y provocaban la destrucción del carro. Algunos países del Pacto de Varsovia tuvieron la precaución de modificar los motores de los T-54/55 que adquirieron o, mejor todavía, instalaron sus propias plantas motrices. Al T-54 siguieron los T-54A, B y C, cada uno con mejoras marginales. El cañón recibió un evacuador de gases y elevación asistida y estabilizada, al igual que la orientación; otras innovaciones eran el equipo infrarrojo de visión nocturna, los extintores automáticos y un filtro de aire. Aparece el T-55

El T-55 fue observado por primera vez durante el desfile de noviembre de 1961 e introducía un motor más potente, una transmisión mejorada, torre con piso y nueve disparos más para el cañón. Dos años después, la producción se centro en el T-55A, que incorporó revestimiento antirradiación y un sistema NBQ que protegía a la tripulación de la contaminación nuclear. Éste fue el modelo más numeroso de la serie, y muchas de sus características se adoptaron en versiones anteriores. La mejora más notable y reciente a la vez ha sido el telémetro láser, que empezó a aparecer en los T-54/55 del Pacto a finales de los años setenta. Incluso con todas estas modernizaciones, todavía no está claro por qué el T-54/55 sigue en servicio en tales cantidades ni a qué viene la molestia de instalarle equipos tan caros como el telémetro láser. De hecho, es un vehículo de combate desfasado, casi más propio de la II Guerra Mundial que de finales del siglo XX. Fracaso del T-62

Una respuesta está en que su sustituto, el T-62, no estuvo a la altura de las expectativas: se estima que un T-62 cuesta el triple que un T-54/55, y, ciertamente, no vale por tres carros. Su blindaje es muy similar, y tampoco hay mucha diferencia en cuanto a peso y movilidad táctica. El cambio principal fue la adopción del cañón de ánima lisa de 115 mm que, aunque capaz de destruir carros occidentales a mayores distancias, no ofreció la mejora necesaria para satisfacer a sus críticos. Por estas razones, la URSS continuó fabricando el seguro T-55 hasta 1981, mucho después de que abandonase la producción del T-62. China copió el T-54 y fabrico uno de los peores carros del mundo desde 1945. Llamado T-59, su nivel técnico es muy bajo e incorpora pocas de las mejoras adoptadas en los T-54/55 del Pacto de Varsovia. El cañón no está estabilizado, de modo que disparar en movimiento sólo sirve para gastar munición; además, la gama de ésta es más limitada y está tan mal fabricada como el resto del carro. El Ejército paquistaní adquirió gran número de carros T-59 y, con el paso de los años, intentó rectificar sus muchos defectos. Curiosamente sus enemigos indios en la guerra de 1971 usaban carros T-55. La Royal Ordnance británica ha desarrollado para el T-54/55 un equipo de modernización que se centra en el reemplazo del cañón de 100 mm por el L7 de 105 mm. Tal modificación esta pensada para los egipcios y paquistaníes, quienes necesitan actualizar sus flotas acorazadas.

1 comentarios:

Jhon Haar dijo...

genial historia de los t55 soy de Perú y aquí el ejercito aun cuenta con casi 300 t55 operativos el año pasado el gobierno hizo contrato con China para adquirir los mbt2000 y si parece este tanque que cumple las expectativas actuales...