Los modelos chinos avanzados se estudiaron con detalle, pero los coreanos aplicaron sus mejoras propias. El proyecto tuvo tanto éxito que por orden del rey se escribió un libro secreto que detallaba como fundir un cañón grande y generar pólvora. Este libro secreto, el Chongtungrock, permitió que las nuevas técnicas pasaran a las siguientes generaciones. El cañón coreano era desde luego muy superior al japonés. Había cuatro tipos de artillería coreana a finales del siglo XVI: chonja (cielo), chija (tierra), hyonja (negro) y hwangja (amarillo). Los nombres no tienen importancia y vienen de un libro llamado Los mil caracteres, un manual para ayudar a aprender la escritura china. Parece que chija y hyonja eran los más comunes: el primero estaba hecho de cobre y el segundo de hierro. El chonja, también hecho de cobre, era el más grande del cuarteto con un barril de 165 centímetros de largo. Cualquiera que fuera el tamaño de los cañones coreanos podían disparar bolas de piedra o de hierro, pero el mejor proyectil era la flecha con punta de hierro. Una mención especial merece un arma inusual del arsenal coreano, el hwacha, un carro con ruedas que podía ser desplazado por dos o cuatro hombres, y que tenia una estructura de panal de abeja con compartimentos que podía disparar 100 cohetes pequeños o 100 flechas que eran lanzadas desde pequeños tubos de hierro. La invasión japonesa de corea empezó por fin el 23 de mayo de 1592, cuando una gran flota de 700barcos apareció en Pusan (ahora llamado a menudo Busan). Se trataba de una avanzadilla de 5.000 hombres dirigidos por un samurai llamado So Yoshitomo (1568-1615). Pusan era un puerto principal del sur de Corea y estaba bien fortificado. Por desgracia, la invasión tomo a las autoridades locales por sorpresa total, asi que Yoshitomo dirigió un ataque contra Pusan mientras otro militar llamado Konishi Yukinaga (1555-1600) llevo a cabo otro ataque simultáneamente contra otro puerto cercano en Tadaejin. Curiosamente la ventaja coreana –cañones- brilló por su ausencia. Los defensores coreanos lanzaron nubes de flechas contra los japoneses, pero fueron barridos desde los parapetos por el fuego masivo de los arcabuces. Aparte de los mosquetes, los japoneses mostraron poca finura en sus ataques y prefirieron usar la fuerza bruta a las sofisticadas técnicas de asedio. Quiza fuera la ambición por el combate o el desprecio hacia sus enemigos coreanos. Parece que su táctica principal era la de llenar los fosos con madera y rocas para después escalar los muros de 4,3 metros con escaleras.
Los coreanos lucharon valientemente, pero no pudieron rivalizar con los veteranos soldados japoneses. Pusan cayó y su conquista estuvo acompañada por una matanza implacable. En corto espacio de tiempo los japoneses desembarcaron mas tropas y tres grandes columnas avanzaron hacia el norte. Las fortalezas fueron cayendo una tras otra y los coreanos fueron vencidos en campo abierto una y otra vez.
Sin embargo, la ciudad fortificada de Chinju (antes conocida como Jinju) rechazo a los invasores en otoño de 1592 dando a los japoneses su misma medicina: fuego de cañón y arcabuz. Los japoneses tomaron Seúl sin luchar el 12 de junio de 1592. el rey coreano y su corte así como la población habían abandonado ya la ciudad.
No obstante, las cosas cambiaron pronto. Los métodos japoneses produjeron un gran movimiento de resistencia popular, los llamados ejércitos honrados de guerrilleros. Además el almirante Yu Sun-sin gano una serie de combates navales en el sur que culminaron en la Batalla de Hansando el 8 de julio de 1592. Cuando los chinos Ming acudieron en ayuda de corea, la guerra estaba empantanada en un punto muerto. Después de una breve tregua, las hostilidades se reiniciaron en 1597, pero esta vez Corea no fue el paseo que había sido cinco años antes. Hideyoshi murió en 1598 y los japoneses por fin se retiraron.
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