Sin lugar a dudas, los más importantes pobladores de la península itálica, previos al grandioso imperio que seria el romano, fueron los etruscos, más que por lo que fueron sino por los grandes misterios que nos legaron. Aunque su procedencia y lenguaje son desconocidos, el marcado carácter oriental de sus instituciones, como también las costumbres de tipo fenicio, robustecen la teoría que los hace originarios del Asia Menor.
Se establecieron en el valle del Po, pero luego ocuparon la costa occidental de la península, entre los ríos Arno y Tiber. Muy pronto lograron dominar a los pueblos vecinos y ensancharon los límites de sus dominios. Se dedicaron a la navegación y al comercio. (Otra característica en común con los fenicios). Poseyeron una flota poderosa que no tardo en dominar al Mediterráneo occidental. No formaron una nación, cada ciudad constituía una especie de estado independiente, al mando de un magistrado elegido por los aristócratas o lucumones. Doce ciudades de Etruria con otras doce de Campania integraron una confederación unida por lazos religiosos y lingüísticos. Eran politeístas y muy supersticiosos, preocupados siempre por interpretar la voluntad divina, recurrieron a los hechiceros y a los augures, quienes predecían el porvenir observando el vuelo de las aves, las tripas de animales sacrificados y algunos cuantos métodos más.
Los etruscos supieron combinar los elementos griegos con los orientales y, el evolucionar les imprimió características propias, dotando al arte etrusco de una belleza extraña y singular. Las calles de sus ciudades eran largas y espaciosas, sus viviendas las construían de piedras que les servia para construir grandes murallas, siempre en las montañas donde preferían erigir sus ciudades, todas las viviendas contaban con alcantarillas y cloacas, lo que nos habla del nivel de evolución alcanzado por los etruscos. En cuanto a los ritos funerarios se destacaron por sobre las demás culturas de su época, dando el rito funerario particular cuidado y atención. Sepultaban a sus muertos en amplias salas subterráneas sostenidas por columnas. A ambos lados había numerosos nichos, donde depositaban los cadáveres rodeados de armas finamente labradas, alhajas y objetos de adorno, esto nos da la pauta de que los etruscos creían en una vida mas allá de esta.. los sarcófagos de sus muertos estaban decorados en su tapa con el retrato del difunto, mostrándonos un arte y elasticidad para la pintura admirables. Como otros tantos pueblos de la península, con el surgimiento del que seria el imperio mas poderoso de esa época, los romanos, fueron absorbidos y exterminados por la vorágine de los hijos de la loba.
1 comentarios:
A esta publicación le hace falta unas de las armas de los etruscos...
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