En 1807 una segunda expedición tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. Un segundo intento de ocupación de la capital del Virreinato del Río de la Plata, en ese mismo año, fue exitosamente combatido por las fuerzas defensoras, que se componía no sólo de las tropas oficiales al servicio de la corona sino también de numerosas milicias urbanas, grupos de criollos a quienes se había armado y organizado militarmente. La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, quedó en evidencia de la incapacidad de la metrópoli de defender a sus colonias en el contexto de los conflictos internacionales de la época. Estos motivos convierten a las invasiones inglesas en uno de los catalizadores de la causa emancipadora en la Argentina y gran parte de Hispanoamérica. La Revolución de Mayo de 1810, eclipsaría la importancia de las invasiones inglesas. La cultura popular argentina sólo rescata el agua y el aceite hirviendo sobre las tropas invasoras. Sin embargo, fue en el cabildo abierto del 10 de febrero de 1807 cuando por primera vez prevaleció la voluntad del pueblo americano por sobre los intereses de España, ocasión en que se resolvió la destitución del representante del rey.
El Regimiento de Infantería 1 “PATRICIOS” estuvo presente en las jornadas de mayo de 1810, velando con sus armas el nacimiento de la Patria. Bajo la inspiración de su primer jefe, el Brigadier General Cornelio de Saavedra, aseguró la ejecución de la voluntad criolla en aquellos difíciles días que culminaron con la constitución de la Primera Junta de Gobierno, dando luego sobre la base de sus tres Batallones origen al Ejército cuando se organizó el 29 de Mayo,. Desde aquel momento participó en las jornadas decisivas de la guerra por la independencia y bajo las órdenes del General Belgrano.
Durante la Guerra de la Independencia, participó entre otras, en las gloriosas jornadas de Suipacha, San José, Las Piedras, Montevideo y Tucumán. Bravos en el triunfo y abnegados en la derrota, los Patricios supieron defender con su sangre el celeste y blanco del pabellón nacional.
Durante la Guerra contra el Imperio del Brasil, inscribió páginas de gloria en su historial, participando en los combates de Bacacay e Ituzaingó. En la década de 1840, participó exitosamente en el rechazo de las sucesivas incursiones anglo-francesas a las costas argentinas, alcanzando su mayor brillo en el Combate de la Vuelta de Obligado donde el valor de los Patricios, junto con los lugareños, volvió a trascender las fronteras del país, siendo motivo de admiración de los comandantes y tropas extranjeras.
Participó activamente en la llamada “Guerra de la Triple Alianza”, destacándose por su valor y coraje, participando en Yatay, Paso de la Patria, Tuyutí, Estero Bellaco, Humaytá y Curupaytí, batalla en la que dejara heroicamente su vida en el campo de combate el Jefe del Regimiento, Teniente Coronel Don MANUEL ROSETTI.
En 1982, durante la “Gesta de Malvinas”, una de sus compañías tomó parte en la defensa de Puerto Argentino y en el combate de Monte Longdon, donde muere el Soldado Clase 63 CLAUDIO BASTIDA.
Hablar de la historia del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, es hablar de los hechos más trascendentes de la historia de la Patria. Sus campañas, acciones de guerra, las numerosas condecoraciones obtenidas, el acabado cumplimiento de su misión presente, insertado en un Ejército moderno, sosteniendo las más caras tradiciones de la República, participando con sus hombres y mujeres en Organizaciones Militares de Paz en el exterior y en tareas de combate como Infantería de asalto aéreo, habla de la calidad y espíritu simple y noble de los soldados de la República. Hoy, próximo a cumplir el Bicentenario de creación y de su Bautismo de Fuego en el año 1807, es el Regimiento Escolta del Jefe del Estado Mayor General del Ejército y del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, marcando su permanente presencia en el Cabildo de la Ciudad, La Plaza de la República y el Palacio de Gobierno, el monumento a la Bandera en Rosario, y otros lugares que a lo largo del País simbolizan nuestras Tradiciones.
1 comentarios:
Se omite al General Juan José Viamonte quien fuera sargento mayor del regimiento, que estaba vacante por renuncia de su propietario D. Manuel Belgrano (16-mar-1807). El 3 de abril de 1808 fue nombrado capitán graduado de infantería, sirviendo siempre como sargento mayor de la Legión Patricia, cargo que desempeñó hasta el 5 de enero de 1809, en que a consecuencia del movimiento del 1º de enero de ese año -causado por los criollos y los españoles que divididos se disputaban la supremacía, y que dio como resultado el triunfo de los primeros- obtuvo el grado de Tte. Coronel de Infantería de Ejército.
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