viernes, 29 de agosto de 2008
La misteriosa civilización hitita
Los Hititas eran en un tiempo los gobernantes de un imperio poderoso que abarcaba la mayor parte del Asia Menor y se extendía hasta el curso superior del Eufrates. Durante algún tiempo incluyo a Siria y a algunas partes de Fenicia y Palestina. Los hititas alcanzaron su poderío máximo entre los años 2000 y 1200 a.C. En el último siglo de ese periodo libraron una guerra larga y agotadora con Egipto, que contribuyo mucho a la caída de ambos imperios. Ninguno de ellos pudo recuperar su poderío. Desde 1200 carkemish, a orillas del Eufrates, se convirtió durante un tiempo en la principal ciudad Hitita, pero como centro comercial mas bien que como capital de un gran imperio. Los días de la gloria imperial ya habían pasado. Finalmente, después del año 717 a.C., los demás territorios Hititas fueron conquistados y absorbidos por los sirios, indios y frigios. De donde vinieron los hititas y cuales eran sus relaciones con los otros pueblos son cuestiones que todavía esperan una solución. Según los describen los egipcios, algunos de ellos parecen haber sido de tipo mongoloide. Todos tenían grandes narices aguileñas, frente inclinada y ojos oblicuos. La mayoría de los estudiosos modernos remontan su lugar de origen a Turkestán y los consideran relacionados con los griegos. Su idioma era indo-europeo. Su secreto fue descubierto durante la primera guerra mundial por un investigador checo, Bedrich Hrozny. Desde entonces, miles de tabletas de arcilla que contenían leyes y los registros oficiales de los emperadores han sido descifradas. Revelan una civilización mas parecida a la de la vieja Babilonia que ninguna otra. Las pruebas que se han reunido son apenas suficientes para poder juzgar con exactitud a la civilización Hitita. Algunos historiadores modernos opinan que alcanzo el mismo nivel que la mesopotámica y hasta la egipcia. Quizá sea eso cierto desde el punto de vista material, pues los hititas poseían, sin duda, un amplio conocimiento de la agricultura y una vida económica muy desarrollada en general. Extraían de las minas grandes cantidades de plata, cobre y plomo, que vendían a las naciones vecinas. Descubrieron, según parece, el uso del hierro y pusieron ese mineral a disposición del mundo civilizado. El comercio era también una de sus actividades económicas principales. En efecto, para la expansión de su imperio apelaron a la penetración comercial casi tanto como a la guerra. Por otro lado, nada hay todavía que indique una marcada superioridad en las empresas intelectuales, aunque, desde luego, nadie puede predecir lo que revelaran las investigaciones futuras. Los millares de tabletas encontradas hasta ahora parecen ser en su mayoría documentos comerciales, legales y religiosos. La literatura de los hititas era principalmente mitológica e incluía adaptaciones de las leyendas de los antiguos babilonios sobre la creación y el diluvio. Nada tenían que pueda ser considerado como filosofía, ni hay prueba alguna de su originalidad científica fuera de las artes metalúrgicas. Resulta evidente que poseían cierto talento para la escritura, pues además de haber modificado la cuneiforme tomada de la mesopotamia, crearon un sistema jeroglífico parcialmente fonético. Una de las realizaciones más importantes de los hititas fue su derecho. Han sido traducidos aproximadamente doscientos parágrafos o decretos que abarcan temas muy variados. Revelan una sociedad relativamente urbana y artificiosa, pero sujeta a fiscalización oficial minuciosa. Todas las tierras pertenecían al rey o a los gobiernos de las ciudades. Solo eran cedidas a ciudadanos particulares por servicios militares y con la condición estricta de que las cultivasen. Las leyes fijaban los precios de un número enorme de mercaderías y no solo de los artículos de lujo y los productos de la industria, sino también de los alimentos y ropas. Los salarios y gratificaciones estaban fijados con la misma minuciosidad, y los de las mujeres no alcanzaban a la mitad de los que percibían los hombres. En conjunto, el derecho hitita era más benigno que el de los antiguos babilonios. La pena de muerte solo se imponía en ocho casos, por delitos como la hechicería y el robo de objetos pertenecientes a palacios. Hasta el asesinato premeditado solo era castigado con una multa. La mutilación no se castigaba con pena alguna, salvo cuando la cometía un esclavo con fines de incendio o robo. Es evidente el contraste con las crueldades del derecho asirio. En los decretos hititas no se encuentra un solo ejemplo de castigos crueles como la desolladura, la castración y el empalamiento, que los gobernantes de Nínive parecían considerar necesarios para mantener su autoridad. El arte de los hititas no era de calidad excelente. Por lo que sabemos, solo comprendía la escultura y la arquitectura. La primera era en general tosca e ingenua, pero al mismo tiempo tenía una frescura y un vigor muy poco comunes en las obras de arte de los pueblos orientales. Fundamentalmente consistía en relieves que representaban escenas de guerra y mitológicas. La arquitectura era pesada y gigantesca. Los templos y palacios eran estructuras chatas, desprovistas de adornos, tenían pequeños vestíbulos con dos hileras de columnas y guardaban la entrada grandes leones de piedra. No se sabe mucho respecto a la religión hitita, como no sea que tenia una mitología complicada, muchos dioses y formas de culto de origen mesopotámico. Adoraban los hititas a un dios del sol y otras muchas deidades, algunas de las cuales no parecen haber tenido una función particular. Al parecer, incluían en su panteón a todos los dioses de los pueblos que conquistaban y hasta de aquellos que compraban sus mercaderías. Entre las prácticas religiosas figuraban la adivinación, los sacrificios, las ceremonias de purificación y las plegarias. No se ha encontrado ningún indicio de que la religión hitita tuviese algún contenido moral. La principal importancia histórica de los hititas radica, probablemente, en el papel que desempeñaron como intermediarios entre el valle de la mesopotamia y las regiones mas occidentales del Cercano Oriente. Es indudable que ese fue el modo principal como ciertos elementos culturales de la mesopotamia fueron transmitidos a los cananeos y los hicsos y quizá a los habitantes del archipiélago egeo.
Publicado por Proletario en 8/29/2008 12:52:00 p. m.
Etiquetas: Culturas ancestrales, Historia antigua, Historia universal
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1 comentarios:
En la línea que hay sobre la foto de la puerta de los leones, has puesto indios en vez de lidios.
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