Introducida en 1938, en una época cuando el resto de las subametralladoras en el mundo era innecesariamente pesadas y costosas, la nueva MP-38 "Maschinenpistole" de la firma Erfurter Maschinenfabrik (Erma) revoluciono la idea de lo que una subametralladora debería ser. La MP-38 y su compañera la MP-40 permitieron establecer una producción en cadena, convirtiéndose en un arma muy efectiva para el combate cercano. Estuvo presente desde la Invasión de Polonia en Septiembre de 1939 hasta los días finales del Tercer Reich en 1945.
La MP-40 nació como una simplificación de la MP-38, al reducir el número de piezas fabricadas a maquina, por piezas estampadas, lo cual aceleraba su producción en masa y reducía los costos, el nombre se adopto como una contracción de Maschinenpistole del año 1940, fecha de su introducción. A finales de 1943 en respuesta a los requerimientos de las unidades del Frente del Este por un arma con una mayor potencia de fuego, destinada a competir con la PPSh41 del Ejercito Ruso; Erma introdujo la MP-40/II, en la cual se había adoptado la disposición de dos alimentadores colocados lado a lado, pero debido al aumento de peso, pronto fue descontinuada
A medida que iba progresando la guerra, la superioridad aérea aliada hizo casi imposible el desplazamiento de las unidades acorazadas a plena luz del día, por lo que a principios de 1942 se creó un equipo de infrarojos para el combate nocturno que se montó en el cañón autopropulsado de 7.5 cm Pak40. Los tests que se realizaron fueron muy favorables y fue desarrollado también para los carros de combate.
De este emisor de infrarojos se fabricaron 100 unidades mensuales durante los últimos meses de la guerra. Pudo haber sido un arma devastadora ya que los aliados no contaban con equipos para el combate nocturno. Al final de la guerra 1.000 unidades estaban disponibles en la Wehrmacht, sin embargo los alemanes ya contaban con demasiados pocos tanques y muy poca gasolina como para utilizarlos en las grandes operaciones nocturnas diseñadas por Guderian. Para finales de la guerra aproximadamente se habían construido 1.047.000 MP-40, miles de las cuales fueron capturadas por el Ejercito Ruso. El Ejercito Noruego que al final de la guerra tenía muchas de ellas la conservo como arma para las tripulaciones de tanques hasta finales de los años 80. En la década de 1950 a 1960 fue vista en Indochina y también fue utilizada por el Ejercito Argelino en el Norte de África.