La respuesta a la primera pregunta es no; al menos no existen pruebas definitivas que sugieran que la táctica y la tecnología fueron concurrentes. Esto ha hecho que los historiadores intenten buscar una fecha mas concreta para la carga con lanzas y la adopción del combate de choque montado. Durante muchos siglos se asumió que la táctica fue desarrollada a comienzos de la Edad Media, quizás tan temprano como en la batalla de Adrianópolis (378). No obstante, este punto de vista fue desmontado de forma efectiva en 1951, cuando D. J. Ross, sostuvo que los primeros combates con cargas de lanzas no son anteriores a la creación de los primeros cantares de gesta, que fecho entre el 1050 y el 1100. A su vez, esta tesis fue rebatida en 1962 por Lynn White Jr. En su libro Medieval Technology and Social Change. Él afirmaba que el combate de choque a caballo se conocía desde mucho antes que la fecha establecida por Ross, posiblemente tan temprano como el siglo VIII, la misma centuria en que Lynn creía que habían desarrollado los estribos y donde situaba el origen del ejército con predominio de la caballería pesada. La fecha de White para el origen del combate de choque montado no permaneció mucho tiempo sin criticas. Antes de que transcurriera un año, Ross había defendido su tesis de 1951 utilizando, no solo los cantares de gesta, sino también el Tapiz de Bayeux como pruebas. Durante los siguientes dos décadas se publicaron varios artículos apoyándolo, todos los cuales situaron la fecha de la introducción del combate de choque montado en algún momento entre c 1050 y c 1150. En 1965, François Buttin utilizo una abundante cantidad de fuentes narrativas originales para sostener que la fecha se situaba a mediados del siglo VII. En 1980, David C. Nicolle afirmo que la fecha se situaba a principios del siglo VII basándose en la influencia de las cargas con lanza de los cruzados contra los musulmanes. En 1985 S. Bachrach en “Animals and Warfare in early medieval Europe” sostuvo que la fecha de aparición era el siglo VII, basándose en el desarrollo de la silla de montar con pomo y borrén trasero. Este mismo año Victoria Cirlot utilizo fuentes artísticas y diplomáticas catalanas para situar la fecha en c 1140 y en 1988 Jean Flori sugirió la fecha de c 1100 basándose en narraciones, poemas épicos y documentos ilustrados cristianos y musulmanes. Cualquiera que pueda haber sido la fecha original, parece indudable que para mediados del siglo VII la lanza para carga había comenzado a dominar los campos de batalla y que desde entonces hasta el final de la Edad Media el combate de choque montado fue el uso básico, sino único, de la lanza a caballo. También era una táctica empleada de forma universal por toda la Europa occidental, como se aprecia claramente en el número de fuentes artísticas procedentes de todos los reinos europeos que representan lanzas de caballería en posición baja. Las crónicas contemporáneas hablan de que la lanza fue la principal arma ofensiva de los cruzados en Tierra Santa, donde el primer ataque siempre era una carga de combate de choque montado. En Inglaterra, el Assize de Arms de 1181 decretado por Enrique II especifica que la lanza era la única arma requerida para los jinetes que combatían. Un requerimiento similar fue promulgado para todos los soldados de caballería en Florencia en el 1260, y en España, Alemania y Francia, también se practicaba el combate de choque montado. Sea cual haya sido la fecha del empleo de esta poderosa táctica de choque montada, lo cierto es que el estruendoso arrebato de un centenar de jinetes envueltos en sus destellantes armaduras y empuñando la lanza firme hacia el enemigo habrá sido un espectáculo asombroso.
viernes, 31 de julio de 2009
El combate de choque montado
La respuesta a la primera pregunta es no; al menos no existen pruebas definitivas que sugieran que la táctica y la tecnología fueron concurrentes. Esto ha hecho que los historiadores intenten buscar una fecha mas concreta para la carga con lanzas y la adopción del combate de choque montado. Durante muchos siglos se asumió que la táctica fue desarrollada a comienzos de la Edad Media, quizás tan temprano como en la batalla de Adrianópolis (378). No obstante, este punto de vista fue desmontado de forma efectiva en 1951, cuando D. J. Ross, sostuvo que los primeros combates con cargas de lanzas no son anteriores a la creación de los primeros cantares de gesta, que fecho entre el 1050 y el 1100. A su vez, esta tesis fue rebatida en 1962 por Lynn White Jr. En su libro Medieval Technology and Social Change. Él afirmaba que el combate de choque a caballo se conocía desde mucho antes que la fecha establecida por Ross, posiblemente tan temprano como el siglo VIII, la misma centuria en que Lynn creía que habían desarrollado los estribos y donde situaba el origen del ejército con predominio de la caballería pesada. La fecha de White para el origen del combate de choque montado no permaneció mucho tiempo sin criticas. Antes de que transcurriera un año, Ross había defendido su tesis de 1951 utilizando, no solo los cantares de gesta, sino también el Tapiz de Bayeux como pruebas. Durante los siguientes dos décadas se publicaron varios artículos apoyándolo, todos los cuales situaron la fecha de la introducción del combate de choque montado en algún momento entre c 1050 y c 1150. En 1965, François Buttin utilizo una abundante cantidad de fuentes narrativas originales para sostener que la fecha se situaba a mediados del siglo VII. En 1980, David C. Nicolle afirmo que la fecha se situaba a principios del siglo VII basándose en la influencia de las cargas con lanza de los cruzados contra los musulmanes. En 1985 S. Bachrach en “Animals and Warfare in early medieval Europe” sostuvo que la fecha de aparición era el siglo VII, basándose en el desarrollo de la silla de montar con pomo y borrén trasero. Este mismo año Victoria Cirlot utilizo fuentes artísticas y diplomáticas catalanas para situar la fecha en c 1140 y en 1988 Jean Flori sugirió la fecha de c 1100 basándose en narraciones, poemas épicos y documentos ilustrados cristianos y musulmanes. Cualquiera que pueda haber sido la fecha original, parece indudable que para mediados del siglo VII la lanza para carga había comenzado a dominar los campos de batalla y que desde entonces hasta el final de la Edad Media el combate de choque montado fue el uso básico, sino único, de la lanza a caballo. También era una táctica empleada de forma universal por toda la Europa occidental, como se aprecia claramente en el número de fuentes artísticas procedentes de todos los reinos europeos que representan lanzas de caballería en posición baja. Las crónicas contemporáneas hablan de que la lanza fue la principal arma ofensiva de los cruzados en Tierra Santa, donde el primer ataque siempre era una carga de combate de choque montado. En Inglaterra, el Assize de Arms de 1181 decretado por Enrique II especifica que la lanza era la única arma requerida para los jinetes que combatían. Un requerimiento similar fue promulgado para todos los soldados de caballería en Florencia en el 1260, y en España, Alemania y Francia, también se practicaba el combate de choque montado. Sea cual haya sido la fecha del empleo de esta poderosa táctica de choque montada, lo cierto es que el estruendoso arrebato de un centenar de jinetes envueltos en sus destellantes armaduras y empuñando la lanza firme hacia el enemigo habrá sido un espectáculo asombroso.
Publicado por Proletario en 7/31/2009 09:23:00 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: Historia de la guerra, Historia medieval, Tácticas de combate
miércoles, 29 de julio de 2009
El brutal pueblo Escita
Desde finales del siglo IV a.C., otros nómadas de las estepas, los sármatas, invadieron los territorios escitas provenientes desde el este y terminaron por expulsarlos. Un motivo de este resultado pudo estar relacionado con los caballos de los nobles sármatas. Mientras que la raza sármata común era pequeña y veloz, las carcasas y esqueletos de caballos encontrados en el yacimiento de Pazyryk, Asia Central, revelan que estos animales alcanzaron una alzada de 152 cm o más. Normalmente de color pardo o castaño, a veces bayo, con cascos oscuros (que, como se sabe, son menos propensos a romperse o desgastarse que los claros), los machos estaban castrados, una respuesta a la notable obstinación de la raza, que era difícil de manejar. Con estos animales, los sármatas podían contar con una caballería pesada, de hombres y caballos vestidos de armadura, aunque no de metal sino de escamas de cascos de caballo o cuero ligero y resistente. Los hombres llevaban largas lanzas con ambas manos y cargaban a un galope suicida.
Apoyados por sus propios arqueros a caballo, debieron disfrutar de una gran ventaja sobre la caballería escita, más ligera.
Publicado por Proletario en 7/29/2009 10:34:00 p. m. 0 comentarios
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martes, 28 de julio de 2009
Mercenarios en el Congo (parte final)
En enero de 1965 expiro el contrato de seis meses de los mercenarios y prácticamente todos los integrantes del 5º Comando habían abandonado ya la unidad. Durante esos seis meses habían suprimido el peligro de los simbas que amenazaban con imponerse en el resto del país, y recapturaron la capital simba. Era sin dudas un logro extraordinario. Horae recluto 150 nuevos mercenarios, sobre todo en Johannesburgo. Durante los seis meses siguientes, él y sus comandos, estacionados en las provincias nororientales, fueron de uno a otro reducto rebelde, liberaron pueblos y ciudades y rescataron rehenes blancos, en especial monjas y misioneros, de las garras de los vengativos simbas. Mientras tanto, egipcios y argelinos suministraron a los simbas armas mas modernas, principalmente a través de Sudan, e incluso circularon rumores de que las fuerzas rebeldes eran dirigidas por asesores chinos. Las tácticas de los simbas habían mejorado, pero Watsa en la provincia de Kivi, fue liberada en marzo; con Watsa los rebeldes perdían su principal fuente de riquezas, las minas de oro de Kilo-Moto.
Ahora quedaban aun un reducto rebelde, la salvaje región de Fizi-Baraka, situada al sur de la provincia de Kivi y habitada principalmente por la tribu Bahembi. Los segundos contratos de seis meses vencieron antes de que Horae pudiese romper esa dura nuez. Fizi-Baraka era una meseta montañosa, cuyo único acceso por carretera pasaba por fuerza por el escarpe de Lulimba y daba a los rebeldes una posición muy segura. Por fin, tras algunas dificultades, se completaron los efectivos de los comandos (Horae llego a considerar la posibilidad de “pedir prestadas” fuerzas regulares sudafricanas). El 27 de septiembre de 1965 se lanzo una “operación combinada” de ataques terrestres y lacustre con apoyo aéreo. Wicks mando el ataque de una fuerza de 100 hombres contra la fortaleza montañosa de Lulimbay consiguió que los simbas concentraran en él su atención y no advirtieran un ataque principal contra Baraka, junto al lago Tanganika. Tras fuertes combates y graves perdidas la ciudad cayo y la fuerza avanzo rápidamente hacia Fizi y para unirse a Wicks en una maniobra envolvente sobre Lulimba. Después de ello solo quedaron pequeños reductos rebeldes a orillas del lago y hacia octubre de 1965 la revuelta simba estaba virtualmente sofocada. Un mes mas tarde, el 25 de noviembre, el general Mobuto Seseseko tomo el poder en el Congo e inmediatamente ceso a Horae y Wicks, que consideraba peligrosamente leales al régimen anterior.
De cualquier modo ambos hombres habían terminado su tarea. En 18 meses, con solo un puñado de mercenarios, habían sojuzgado la mayor rebelión registrada en el que era el país más extenso del África Negra y habían conseguido que el 5º Comando se inscribiera en los anales de la historia militar moderna.
Publicado por Proletario en 7/28/2009 08:46:00 p. m. 0 comentarios
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domingo, 26 de julio de 2009
Mercenarios en el Congo (parte segunda)
El teniente Jeremy Spencer mandó su unidad, el 56.º Comando, en dirección al norte a finales de octubre. El 4 de noviembre se encontraron con:
“un autoametralladora rebelde que se nos acercaba abriendo fuego con su ametralladora Browning del doce setenta contra nuestro vehículo Ferret de cabeza. Un fuego devastador anunció que el infierno se había puesto en marcha. Un sinfín de trazadoras volaban por todas partes sin, por suerte, causarnos daños, y finalmente conseguimos silenciar el autoametralladora rebelde y volvió la paz.” Al día siguiente llegamos a la ciudad rebelde de Kindu, donde:
“organizamos un tremendo tiroteo contra nada en particular, simplemente disparábamos mientras atravesábamos el centrote la ciudad. Después llagamos al embarcadero, donde el voluntario Patience (los mercenarios eran, a título oficial, “voluntarios”) mató al general Olenga. Conseguimos también hundir una barcaza con 50 rebeldes a bordo.”
El viernes 13 de noviembre Spencer escribía en su diario: “Una mañana tensa para alguien supersticioso como yo. Habíamos oído que nueve camiones habían salido de Stanleyville tres días antes para atacarnos y nosotros esperábamos cualquier tipo de ataque rebelde, pero como ya era usual no sucedió nada.” Sin embargo, la página correspondiente al 14 de noviembre recogía un testimonio diferente: “Esta mañana, a las 07,00 horas, el teniente Spencer ha muerto a consecuencia del fuego enemigo del que hemos sido objeto a las 05,35 horas. Jeremy fue alcanzado en la cabeza y murió sin haber recuperado el conocimiento; hemos perdido un oficial y un amigo.” Hoare, por entonces en Léopoldville, recibió la noticia de la primera baja entre sus oficiales con gran disgusto. Su esposa, Phyllis, acababa de dar a luz en Natal y él le cablegrafió que bautizara al niño con el nombre de Jeremy.
Publicado por Proletario en 7/26/2009 08:17:00 p. m. 0 comentarios
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viernes, 24 de julio de 2009
Mercenarios en el Congo (parte primera)
Publicado por Proletario en 7/24/2009 09:41:00 p. m. 0 comentarios
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miércoles, 22 de julio de 2009
El silenciador (parte final)
Publicado por Proletario en 7/22/2009 10:09:00 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: Armas y municiones, Historia de las armas, Tecnologia militar