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martes, 14 de abril de 2009

Rudolf Berthold, el sacrificio de un héroe

En marzo de 1918, Jagdgeschwader 2, equipada con aviones Siemens-Schukert D.III y Fokker D.VII, estrenó nuevos colores para el fuselaje de sus aparatos: rojo y azul, como el uniforme de gala del antiguo regimiento de su recién nombrado y notable jefe. El piloto que se hizo cargo de esa unidad era Rudolph Berthold, un hombre que tenía que volar en un avión especialmente adaptado para él, pues tenía el brazo derecho totalmente inútil y atrofiado como consecuencia de las heridas de las balas británicas. Rudolph Berthold había nacido el 24 de marzo de 1891 en el sur de Alemania. Se había alistado primero en la infantería, pero antes de la Primera Guerra Mundial pasó al servicio aéreo. El 15 de septiembre de 1915, mientras volaba en un A.E.G., fue derribado, pero sin sufrir ningún daño. Cuando la Feldfliegerabteilung 23, a la que pertenecía, recibió los nuevos cazas monoplanos Fokker, Berthold obtuvo uno de los primeros E.III. Precisamente a bordo de este aparato consiguió sus primeras cinco victorias, antes de ser derribado por segunda vez. En esta ocasión las heridas fueron graves, pero nadie consiguió convencerle de que se tomara un permiso para restablecerse. Estuvo muy corto tiempo en un hospital de campaña y volvió a los combates afirmando que, si llegaba el caso, volaría aunque tuvieran que transportarlo hasta su avión. Cuando ganó su décima victoria, Berthold obtuvo la medalla Pour le Mérite. Después, entre octubre de 1916 y septiembre de 1917, abatió dieciocho aparatos enemigos, aunque no sin sufrir diferentes heridas que, entre otros daños, le inutilizaron el brazo derecho. Ya al mando de la Jagdgeschwader 2, a pesar de su invalidez, Berthold insistió que era plenamente capaz de volar y luchar. Durante los últimos meses de la guerra abatió dieciséis nuevos aparatos enemigos. Después de elevar el número de sus victorias a 44, durante un vuelo casi perdió el conocimiento por el dolor y se estrelló contra una casa mientras intentaba aterrizar. Esta vez las heridas fueron tan graves que se le trasladó urgentemente a un hospital y no volvió a participar en la guerra. Rudolf Berthold era un fanático anticomunista y al terminar el conflicto formo una unidad paramilitar para luchar contra los comunistas. A manos de estos murió golpeado y estrangulado con la cinta de su condecoración Pour le Mérite, en 1920. fue enterrado en Berlín.

1 comentarios:

Juan dijo...

Es bueno conocer pilotos de la Luftwaffe que realmente fueron héroes en el deber de defender a su patria. Muy bueno blog, felicito a los creadores o creador.
les dejo un link a mi blog, donde los puse en uno de mis favoritos...

www.razonabilidad.blogspot.com