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lunes, 23 de febrero de 2009

El nacimiento de la fuerza aérea

Una vez que el avión se incorporo definitivamente a las armas de la guerra y los militares contaron con él a la hora de planear su estrategia, una vez que el aire se convirtió en un nuevo campo de batalla, las formaciones que solo habían existido en los ejércitos tradicionales tuvieron que traducirse también a la nueva fuerza aérea. Esta fuerza, por el desarrollo lógico de las hostilidades, desempeñaba cada vez un papel mas importante, aunque no fuera decisivo en el frente. La aviación mas poderosa de las que intervinieron en la Primera Guerra Mundial, la alemana, constituida, sobre todo, por biplanos tractores y por monoplanos tipo Taube, tenia como formación táctica básica la Fliegerabteilung de seis aviones. Alemania poseía 41 de esas formaciones, de las cuales 34 estaban asignadas a mandos del ejercito y de los cuerpos como “formaciones de campo” (Feldfliegerabteilungen), y las otras siete, a importantes plazas fuertes como “formaciones de fortaleza” (Festungfliegerabteilungen). Estas formaciones de fortaleza solo tenían cuatro aviones asignados a cada una. Al principio, el control administrativo lo ejercía la Inspección de la Aviación (Inspektion der Fliegertruppen), pero el creciente aumento de la importancia de la fuerza aérea llevo a la creación de un nuevo mando. Fue el de Chef des Feldflieger o jefe de la aviación de campo. El primero que ocupo ese cargo fue el comandante Hermann Thomsen. La aviación más importante después de la alemana, la francesa, tenia como formación táctica de base la escuadrilla, que para los aparatos biplaza era de seis aviones y para los monoplaza de cuatro aviones cada una. La Aviation Militaire estaba mandada por el director de Aeronáutica del Cuartel General Francés. Quien primero desempeño el cargo fue el comandante Barrés, que posteriormente fue sustituido por el comandante Du Peuty. Un problema que se fue planteando gradualmente y con el que tuvieron que enfrentarse los aviones y las formaciones de todos los países que tomaban parte en el conflicto fue el de la identificación de los aparatos. Nadie habría soñado al comenzar la guerra con semejante problema. Nadie había tenido en cuenta a la aviación. Pero cuando la fuerza aérea de ambos bandos fue creciendo, cuando el número de aviones que sobrevolaban los frentes se hizo considerable, todo el mundo se dio cuenta de que era absolutamente necesario identificar los aviones y hacerlo de forma rápida y segura. Porque lo contrario llevaba no solo a que aviadores del mismo bando lucharan entre si e intentaran abatirse el uno al otro, sino a que la infantería disparara indiscriminadamente contra unos u otros al no poder distinguir los propios de los rivales. Los primeros en resolver tan grave inconveniente fueron los franceses, que para el mes de octubre ya habían pintado en las alas de sus aviones la tradicional cobarde (escarapela) con sus colores nacionales. Lo mismo hicieron los alemanes: las alas y el timón de sus aparatos lucieron pronto su conocida cruz negra (la cruz teutónica) enmarcada en blanco. Algo más difícil resulto de resolver el problema a los ingleses. Por supuesto, pintaron, como los demás en lugares muy visibles su bandera, pero de tamaño bastante reducido. Enseguida los mandos de la BEF (British Expeditionary Force) se dieron cuenta de que era imposible distinguir de ese modo a sus aviones y ordenaron que se pintara una bandera lo mas grande posible que abarcara toda el ala. Pero eso tampoco arreglo las cosas. A distancia, o desde tierra, la Union Jack (bandera Británica) se confundía con la cruz negra sobre blanco de los alemanes, confusión que no podía ser mas desastrosa. Al final, los ingleses adoptaron la insignia redonda, al igual que los franceses. Y como los colores rojo blanco y azul coincidían, tuvieron que invertir el orden. Sus aviones llevaban el rojo en el centro, blanco en medio y azul en el borde del distintivo. Por fin, en noviembre de 1914 estuvieron terminadas las marcas que tan necesarias se habían revelado a medida que se había ido desarrollando la guerra en el aire. La primera victoria de una formación de combate la consiguieron el 25 de agosto de 1914, solamente tres semanas después del comienzo de la guerra, tres aparatos británicos sobre un Taube alemán. Los aviones pertenecían a la 2ª Escuadrilla del R.F.C.

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