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viernes, 29 de agosto de 2008

La misteriosa civilización hitita

Los Hititas eran en un tiempo los gobernantes de un imperio poderoso que abarcaba la mayor parte del Asia Menor y se extendía hasta el curso superior del Eufrates. Durante algún tiempo incluyo a Siria y a algunas partes de Fenicia y Palestina. Los hititas alcanzaron su poderío máximo entre los años 2000 y 1200 a.C. En el último siglo de ese periodo libraron una guerra larga y agotadora con Egipto, que contribuyo mucho a la caída de ambos imperios. Ninguno de ellos pudo recuperar su poderío. Desde 1200 carkemish, a orillas del Eufrates, se convirtió durante un tiempo en la principal ciudad Hitita, pero como centro comercial mas bien que como capital de un gran imperio. Los días de la gloria imperial ya habían pasado. Finalmente, después del año 717 a.C., los demás territorios Hititas fueron conquistados y absorbidos por los sirios, indios y frigios. De donde vinieron los hititas y cuales eran sus relaciones con los otros pueblos son cuestiones que todavía esperan una solución. Según los describen los egipcios, algunos de ellos parecen haber sido de tipo mongoloide. Todos tenían grandes narices aguileñas, frente inclinada y ojos oblicuos. La mayoría de los estudiosos modernos remontan su lugar de origen a Turkestán y los consideran relacionados con los griegos. Su idioma era indo-europeo. Su secreto fue descubierto durante la primera guerra mundial por un investigador checo, Bedrich Hrozny. Desde entonces, miles de tabletas de arcilla que contenían leyes y los registros oficiales de los emperadores han sido descifradas. Revelan una civilización mas parecida a la de la vieja Babilonia que ninguna otra. Las pruebas que se han reunido son apenas suficientes para poder juzgar con exactitud a la civilización Hitita. Algunos historiadores modernos opinan que alcanzo el mismo nivel que la mesopotámica y hasta la egipcia. Quizá sea eso cierto desde el punto de vista material, pues los hititas poseían, sin duda, un amplio conocimiento de la agricultura y una vida económica muy desarrollada en general. Extraían de las minas grandes cantidades de plata, cobre y plomo, que vendían a las naciones vecinas. Descubrieron, según parece, el uso del hierro y pusieron ese mineral a disposición del mundo civilizado. El comercio era también una de sus actividades económicas principales. En efecto, para la expansión de su imperio apelaron a la penetración comercial casi tanto como a la guerra. Por otro lado, nada hay todavía que indique una marcada superioridad en las empresas intelectuales, aunque, desde luego, nadie puede predecir lo que revelaran las investigaciones futuras. Los millares de tabletas encontradas hasta ahora parecen ser en su mayoría documentos comerciales, legales y religiosos. La literatura de los hititas era principalmente mitológica e incluía adaptaciones de las leyendas de los antiguos babilonios sobre la creación y el diluvio. Nada tenían que pueda ser considerado como filosofía, ni hay prueba alguna de su originalidad científica fuera de las artes metalúrgicas. Resulta evidente que poseían cierto talento para la escritura, pues además de haber modificado la cuneiforme tomada de la mesopotamia, crearon un sistema jeroglífico parcialmente fonético. Una de las realizaciones más importantes de los hititas fue su derecho. Han sido traducidos aproximadamente doscientos parágrafos o decretos que abarcan temas muy variados. Revelan una sociedad relativamente urbana y artificiosa, pero sujeta a fiscalización oficial minuciosa. Todas las tierras pertenecían al rey o a los gobiernos de las ciudades. Solo eran cedidas a ciudadanos particulares por servicios militares y con la condición estricta de que las cultivasen. Las leyes fijaban los precios de un número enorme de mercaderías y no solo de los artículos de lujo y los productos de la industria, sino también de los alimentos y ropas. Los salarios y gratificaciones estaban fijados con la misma minuciosidad, y los de las mujeres no alcanzaban a la mitad de los que percibían los hombres. En conjunto, el derecho hitita era más benigno que el de los antiguos babilonios. La pena de muerte solo se imponía en ocho casos, por delitos como la hechicería y el robo de objetos pertenecientes a palacios. Hasta el asesinato premeditado solo era castigado con una multa. La mutilación no se castigaba con pena alguna, salvo cuando la cometía un esclavo con fines de incendio o robo. Es evidente el contraste con las crueldades del derecho asirio. En los decretos hititas no se encuentra un solo ejemplo de castigos crueles como la desolladura, la castración y el empalamiento, que los gobernantes de Nínive parecían considerar necesarios para mantener su autoridad. El arte de los hititas no era de calidad excelente. Por lo que sabemos, solo comprendía la escultura y la arquitectura. La primera era en general tosca e ingenua, pero al mismo tiempo tenía una frescura y un vigor muy poco comunes en las obras de arte de los pueblos orientales. Fundamentalmente consistía en relieves que representaban escenas de guerra y mitológicas. La arquitectura era pesada y gigantesca. Los templos y palacios eran estructuras chatas, desprovistas de adornos, tenían pequeños vestíbulos con dos hileras de columnas y guardaban la entrada grandes leones de piedra. No se sabe mucho respecto a la religión hitita, como no sea que tenia una mitología complicada, muchos dioses y formas de culto de origen mesopotámico. Adoraban los hititas a un dios del sol y otras muchas deidades, algunas de las cuales no parecen haber tenido una función particular. Al parecer, incluían en su panteón a todos los dioses de los pueblos que conquistaban y hasta de aquellos que compraban sus mercaderías. Entre las prácticas religiosas figuraban la adivinación, los sacrificios, las ceremonias de purificación y las plegarias. No se ha encontrado ningún indicio de que la religión hitita tuviese algún contenido moral. La principal importancia histórica de los hititas radica, probablemente, en el papel que desempeñaron como intermediarios entre el valle de la mesopotamia y las regiones mas occidentales del Cercano Oriente. Es indudable que ese fue el modo principal como ciertos elementos culturales de la mesopotamia fueron transmitidos a los cananeos y los hicsos y quizá a los habitantes del archipiélago egeo.

jueves, 28 de agosto de 2008

El buen pan del General Lamadrid

Los vendavales de la guerra civil arrojaron a numerosos argentinos fuera de su patria, obligándolos a ganarse duramente eso que se ha dado en llamar-con frase hecha y muchas veces repetida- “el amargo pan del destierro”.
Alejados de su ambiente, de sus ocupaciones habituales, los desterrados debían sentirse como hombres nuevos, vueltos a una segunda adolescencia, ante la incertidumbre del destino y la inseguridad de la vocación.
Los más de los desterrados por motivos ideológicos, hombres de pensamiento y de pluma, buscaron en el periodismo un medio de subsistencia. Pero el periodismo, además de no ser para todos, ¡suele ser un medio de vida tan inseguro! Los expatriados debieron refugiarse en los más variados oficios.
Sarmiento, en una pagina de sus “Recuerdos de provincia”, enumera las profesiones que ejerció durante su primer destierro en Chile: “Maestro de escuela en Los Andes; de allí…bodegonero en Pocuro con un pequeño capitalito que me había enviado mi familia; dependiente de comercio en Valparaíso; mayordomo de minas en Copiapó; tahúr por ocho días en el Huayco, hasta que en 1836 regrese a mi provincia, enfermo de un ataque cerebral, destituido de recursos y apenas conocido de algunos…”
Los desterrados debían ensayar todos los oficios, y aun aquellos modos de vivir que no dan de vivir, según la conocida clasificación de Mariano José de Larra.
De Hilario Ascasubi “sábese –nos dice Manuel Mújica Láinez en la vida de Aniceto el Gallo- que fue, sucesivamente, vendedor de lana, corredor de alhajas y panadero”. “A la panadería debió, en la banda oriental, su fortuna”.
También el General don Gregorio Aráoz de Lamadrid fue panadero en Montevideo y en Chile.
¡Pero que diferencia va de panadero a panadero!
Ascasubi había corrido mucho mundo. De muchacho había navegado, como grumete, en un barco corsario. Había sido imprentero en Salta. Capitán en nuestras guerras civiles, junto a Lamadrid. Prisionero de Rosas, fugó de la prisión mediante un salto desde diez metros de altura.
Pero Ascasubi era de los que caían parados. Un buen humor expansivo le abria caminos con facilidad por el mundo. Ganarse la vida era cosa simple para don Hilario. Su panadería no solo daba el pan para él y para su familia, sino para numerosos amigos y compañeros de destierro. Su mesa en Montevideo, siempre estuvo tendida para muchos, y, sin duda, alegrada con vinos y bien provista de sabrosos asados y golosinas. La panadería de Ascasubi daba para todo.
Lamadrid, en cambio, nunca paso de panadero pobre.
¡Que facilidad tenia este hombre para adelantarse a todo galope, sable desnudo, sobre una bandada de enemigos! ¡Y que dificultad para ganarse la vida en la paz! “reunía a las puerilidades de un niño la audacia de un héroe de leyenda” –dice de él Bartolomé Mitre en la Historia de Belgrano.
Y siempre le quedo algo de niño al general. Se había incorporado al ejercito a los 16 años. Pelear había sido para él casi un juego. Su primer juego: emocionante y divertido.
Cuando cuenta sus acciones militares, deja traslucir todo lo que la guerra tenia para él de diversión. Había ganado batallas a cascotazos. Había hecho retroceder a los enemigos dando órdenes de mando en la oscuridad, para simular unas fuerzas imaginarias. Se había abalanzado a todo galope contra murallas de bayonetas. Eso en las guerras de la independencia. En las guerras civiles, lo dejaron por muerto, en el campo de batalla, con quince heridas de sable, que él las enumera con toda tranquilidad: “en la cabeza once, dos en la oreja derecha, una en la nariz, que me la volteo sobre el labio, y un corte en el lagarto del brazo izquierdo, y además un bayonetazo en la paletilla, y junto con el cual me habían disparado el tiro para despenarme, tendido ya en el suelo”.
No se murió. Cuando lo fueron a buscar, ya pisoteado por los caballos, se revolvía aun en el suelo. Deliraba: -¡No me rindo! – le dijo al que lo socorría.
El héroe parecía burlarse de la muerte. Pero la vida se burlaba del héroe.
¿Qué ha de hacer Lamadrid en el destierro? Después del combate de la Ciudadela, huye a Bolivia. Cree, prematuramente, que su país entra en camino de organizarse, y regresa. Pero se ha equivocado, y vuelve a encontrarse sin tener con que vivir.
Pero Lamadrid siente una especie de orgullo por su pobreza. A ratos parece querer ostentarla, casi con insolencia. Al pasar por Tucumán –su provincia- manda un soldado con sus petacas, con orden de abrirlas en la plaza:
-Vengo por orden de mi coronel a vender toda su ropa por lo que quieran darme, sea cual fuere la oferta que se me haga…
Lamadrid quiere quedarse en la calle con ostentación.
No sabe que hacer en la vida civil. Tiene mujer e hijos que mantener. Don Juan Manuel de Rosas es el padrino de uno. Y Lamadrid llega a ofrecérsele a su compadre para que lo emplee en cualquier oficio, por ejemplo, como mayordomo o capataz de cualquiera de sus estancias…
¡Pero que! La guerra civil continúa. El coronel sigue peleando. Vencido vuelve a escapar a Bolivia. Rueda de una ciudad a otra en el destierro. En 1834 se embarca en Chile con su mujer y sus hijos pequeños, rumbo a Montevideo. En el cabo de Hornos lo sacude una tormenta. La familia se marea. El coronel, sobre cubierta lava la ropa de todos, la tiende, y cayendo y levantándose por los bandazos del temporal, calienta las planchas y trata de enjugar el agua de las cuchetas en que deben acostarse los niños.
La tarea es, sin duda, menos brillante que una carga de caballería, pero casi tan heroica como ella.
Lamadrid lucha ahora por ganarse la vida. Cerca de Montevideo le ceden una chacra, y él construye un horno y amasa el pan. No es de pasar por alto la satisfacción con que Lamadrid habla de la buena calidad de su pan, el mejor pan de Montevideo, según él. Tan bueno era que obligo a los otros panaderos a mejorar el que producían y a abaratarlo, para sostener la competencia.
Pero la inquietud de Lamadrid impide que sus industrias prosperen.
Unos meses después esta el coronel en Buenos Aires.
Aquí construye otro horno…; pero Rosas lo manda al norte, y él se le da vuelta e interviene en la coalición del norte. Pero sobreviene Rodeo del Medio, y ya lo tenemos otra vez en camino del destierro: Chile, Perú, Bolivia, otra vez Chile; otra vez rodando, cargado de familia, aceptando préstamos y subscripciones y tratando a toda costa de ganarse la vida.
En Copiapó vuelve a amasar y a vender pan, en 1842. En Santiago construye otro horno. Amasa pan de leche con grasa, sin grasa y pan dulce. Pone un aviso en los diarios para anunciar sus productos. Las señoras y los caballeros elegantes de Santiago detienen sus coches delante de la panadería del coronel. El buen pan de Lamadrid se pone de moda. La gente llega a creer que el coronel panadero se esta llenando de plata. Pero el pan de Lamadrid es tan bueno, que casi vale lo que cuesta. No deja ganancias. Es claro que los otros comerciantes se ponen alerta para evitar la competencia. Había otro panadero al por mayor –cuenta Lamadrid- que vendía muchas masas, “aunque no tan buenas como las que yo hacia; pues las mías, a mas de ser hechas con leche, eran trabajadas con bastante huevo, con el azúcar y grasa mas finos, y con mas aseo; cuando las otras eran trabajadas con agua, y con azúcar de la mas rubia y pasada, y no tenían tanto huevo como las mías; por consiguiente, no podían compararse por su vista ni en sabor”.
Hay que pensar en sus cargas de caballería, en sus heridas innumerables, para que estas frases de Lamadrid resulten enternecedoras. Lamadrid mantenía su alma de niño, y, como es natural, los otros panaderos lo fundieron.

Por José Luís Lanuza.

miércoles, 27 de agosto de 2008

História de San Jorge, el Santo Guerrero

San Jorge nace aproximadamente en el año 280 en la ciudad de Lidia en Siria, o en Miteline de capadocia, aun no hay datos precisos sobre esto. Iniciado por sus padres en la religión cristiana, pues ellos la profesaban ya al emigrar de Palestina, y le dieron una educación en todo conforme con su posición social y fortuna, que debió ser considerable. El padre de Jorge, luego el gran Santo, era oficial al servicio del Imperio Romano. Cuando llega a la mayoría de edad, San Jorge abraso la carrera de las armas, siguiendo el ejemplo de su padre. Se alisto en él ejercito romano y pronto se gano el aprecio de sus jefes por su leal proceder, clara inteligencia y ferocidad en combate, que le valieron a no tardar en ser promovido al grado de tribuno de la guardia imperial de Diocleciano .

Un manuscrito del siglo XIII y la leyenda de oro del beato Santiago de Vorágine atribuyen al joven oficial una hazaña prodigiosa y caballeresca, que es como sigue: Al ir Jorge a incorporarse a su legión llego a la ciudad de Selene en Libia; en un pantano de las cercanías tenia su guarida un dragón que hasta entonces nadie había podido matar. Para que no devastara la ciudad le llevaban dos ovejas cada día pero como empezaron a escasear estos animales, el rey mando que echasen una oveja y una doncella, esta era escogida a la suerte. Aconteció un día que la doncella que cayo en suerte fue la hija del mismo rey, y a pesar del dolor desventurado de su padre la joven hubo de sufrir la suerte de las compañeras.

Encaminándose llorosamente hacia la cueva del dragón, cuando inopinadamente apareció un legionario Romano armado con el gladius y el pilum, conociendo la suerte que correría la infeliz princesa, hace la señal de la cruz y arremete valeroso contra el monstruo enfurecido. Tan tremenda lanzada le arremete que lo atravesó de lado a lado, y con el ceñidor de la joven hace un lazo, amarra al dragón y lo conduce hasta la ciudad. Una vez allí explica al rey y al pueblo porque a podido abatir al monstruo. Y dijo que fue porque imploro el auxilio del único Dios verdadero. En presencia de todo el auditorio, que prometió creer en Jesucristo y bautizarse, Jorge le dio a la fiera el golpe de gracia. Este relato nos consta en las antiguas biografías del mártir. Este relato se populariza en la época de las cruzadas, convirtiéndose en un símbolo para todos los caballeros que combaten al infiel en Tierra Santa. El tribuno romano es en efecto, la personificación ideal del caballero cristiano, que combate contra Satanás y los infieles en defensa de la fe, protegiendo en todo momento la debilidad que peligra. Pocas veces logro una leyenda un éxito tan grande.

Para los artista de toda categoría fue ella, desde el siglo XIII hasta nuestros días, asunto predilecto que dio lugar a producciones artísticas tan numerosas como variadas, lo mismo en oriente como en occidente. La iconografía de la edad media y el renacimiento lo ha presentado (aunque no exclusivamente) en la forma de un apuesto jinete en un caballo blanco, enarbolando el estandarte de la santa cruz y embrazando una lanza con la cual acomete a un dragón que amenaza a una doncella. Viene a ser un traslado del modo como se apareció armado muchas veces peleando a favor de los fieles. (Aunque la realidad debió de ser muy diferente, ya que San Jorge, era oficial romano al servicio del imperio y sus atavíos eran los de todo legionario en el 300 d.C.)

En los comienzos de siglo IV, imperando Diocleciano, se adoptaron providencias para eliminar del ejército imperial de oriente a los numerosos elementos cristianos que en él servían. Muchos soldados tuvieron que renunciar a la profesión de las armas, aunque la persecución no paso adelante de momento. Mas cuando el cesar Galerio sé junto con Diocleciano en Nicomedia, puso mucho empeño en conseguir mayor violencia contra la religión cristiana, publicando sé en dicha ciudad un edicto que ordenaba la demolición de las iglesias y la expulsión de todos los cristianos de las dignidades y cargos administrativos. Los historiadores Eusebio y Lactancio afirmaron que dicho decreto fue destrozado públicamente por un joven; y algunos biógrafos se aventuraron en escribir que ese joven fue Jorge el tribuno. Poco después, y dos veces seguidas, el fuego prendió en el palacio imperial. Galerio acuso de ello a los cristianos y consiguió del emperador, a quien la noticia impresiono, licencia para tomar sangrientas represarías contra el clero y los cristianos de Nicomedia.
Rápidamente se extendió la persecución por todo el Asia Menor y aparecieron edictos generales de sacrificar Venis Nolis a los ídolos. Lleno de dolor e indignación en vista del proceder injusto y la persecución sangrienta que eran victimas los cristianos, Jorge resolvió públicamente tomar su defensa. Distribuidos sus bienes entre los pobres, y libres los pocos esclavos que a su servicio tenia, defendió con valentía la causa de los perseguidos ante el consejo de dignatarios y jefes militares convocado por Diocleciano, y afirmo públicamente que su religión era única y verdadera, y que no se podía rendir culto a los ídolos.

Al ser interrogado Jorge declaro que era cristiano, el emperador se sorprendió y ante semejante confesión le dijo: " piensa joven, lo que dices y mira por tu porvenir". Hablándole luego de los suplicios espantosos que su desobediencia a los edictos le acarrearía y por otra parte las dignidades y elevados cargos con que pensaba premiar su apostolado. A todo el tribuno contesto: " Ten entendido, OH Diocleciano, que el Dios a quien sirvo me dará la victoria, que no me han de ablandar tus ruegos ni me han de arredrar tus amenazas. Todos tus beneficios son vamos y tus promesas semejantes al humo que disipa el viento. No echo de menos los honores que me has concedido hasta el día, porque aspiro a la gloria eterna, permita el cielo que conozcas muy pronto al Dios omnipotente". Ante semejante respuesta Diocleciano enfurecido ordeno detención y encarcelamiento del oficial.

Aquí da principio la dolorosa pasión del mártir, los relatos de los hagiógrafos orientales describen por menudo los suplicios que en diferentes ocasiones padeció, tales como el tormento de la rueda guarnecida de cuchillos afilados, el de los garfios de hierro, la flagelación con nervios de buey, el baño en lechada de cal viva, etc. El valeroso soldado lo sufre todo con sobrehumano valor y ve luego como sus heridas quedan curadas milagrosamente. A juicio del magistrado, Jorge se vale de sortilegios para liberarse de las espantosas torturas que le infligen; por lo cual hace venir a un hábil mago que, para probar el incomprensible poder de Jorge, le da de beber un licor emponzoñado, el cristiano lo toma y no sufre menor daño, según promesa de cristo en su evangelio. Declara entonces frente a los idolatras que la omnipotencia puede obrar por mediación de sus hijos: puede tomar por ejemplo la vida de un cadáver. Al oír esto, el mago le pregunto si quiere revivir a un difunto que había sido enterrado cerca de la cárcel pocos días antes. Conducen a Jorge al lugar señalado, ora el santo y el muerto sale vivo del sepulcro, vencido el mago confiesa el poder del Dios de los cristianos, y abandona el culto de los ídolos. Furioso el emperador ante esta noticia, ordena que el mago sea decapitado y Jorge vuelva a la prisión.
De allí a poco, nuevamente comparece Jorge ante el tribunal de Diocleciano. El tribunal se alzo al aire libre junto al templo de Apolo, el emperador quiere sobornarlo con tiernas palabras, le pone por delante su juventud y le promete toda suerte de honores si consiente en sacrificar a los dioses. " Pero donde están esos dioses?" Pregunta el confesor, " vamos a verlos". Y Jorge con otro portentoso milagro obliga a declarar al demonio que mora en el ídolo, que solo hay un dios verdadero, luego hace la señal de la cruz y todas las estatuas caen al suelo echas pedazos, con lo cual se provoca un verdadero motín.
Sobresaltada por los tumultuosos clamores del populacho acudió la emperatriz y, acercándose a Diocleciano, le declaro que enterada de lo que había ocurrido ella también se declaraba cristiana. En el paroxismo del furor Diocleciano mando que la golpearan con varas y que acabaran con su vida, y con la de tres criados suyos a saber: Apolo Isacio y Crotates, cuyas fiestas se celebran el 21 de abril.

Y queriendo terminar con el joven oficial de su guardia que permanecía inquebrantablemente en su fe, Diocleciano decidió pronunciar la sentencia de muerte, Jorge fue atado a la cola de un caballo, arrastrado por toda la ciudad y seguidamente sacado extramuros y decapitado. Antes de morir, Jorge, con los ojos puestos en el cielo y sus manos levantadas y con su voz entrañable que le salía del corazón, rogó a Dios perdonase a sus verdugos, y le diese la gracia de la conversión. El martirio debió tener lugar en Nicomedia, a principios del año 303. En efecto en ese año se hallaba Diocleciano en aquélla ciudad. El cuerpo del santo seria trasladado mas tarde a Dios polis (Lida) en Palestina, conforme a su deseo

martes, 26 de agosto de 2008

Los piratas orientales

Aruj-ad-Din “Barbarroja” (1473-1518), era el mayor de cuatro hermanos nacidos en la isla de Lesbos, actual Grecia, que en ese entonces pertenecía al imperio Otomano. De adolescentes, los cuatro hermanos trabajaron como berberiscos en el Mediterráneo. En una de sus expediciones, Aruj fue tomado como prisionero y vendido como esclavo, pero pronto pudo escapar y llegar a Egipto. Tras convertirse en musulmán, el Sultán lo nombro capitán de un barco con el cual ataco las islas del Mediterráneo que estaban controladas por los cristianos españoles. Aruj se hizo conocido por transportar musulmanes desde España hasta África. Muchos dicen que su sobrenombre “Barbarroja” es una derivación de Baba Aruj (que significa padre Aruj), apodo que se había ganado por estos clementes cuidados paternales a los musulmanes. Otros autores consideran que lo apodaron “Barbarroja” por su larga barba pelirroja.
Entre sus aventuras se recuerda como asesinó al rey argelino y como, a continuación, se proclamo Sultán. En su nueva condición de líder, se dio cuenta de que la mejor manera de proteger Argelia era uniéndose al Imperio Otomano, enemigo declarado de la España Católica. En su afán de expansión del reino, Aruj tomo la ciudad de Tremecen en Argelia, pero el ejército español lo sitio y le dio muerte. Su hermano Hayr-ad-Din retomo su misión inmediatamente adoptando el mismo apodo de su hermano.

Hayr-ad-Din (1475-1546), también conocido como Jeireddin Barbarroja, Hayr continúo con la labor de su hermano Aruj, adoptando el sobrenombre de Barbarroja en su honor, y trabajo bajo las órdenes del sultán otomano Suleimán.
Fue uno de los corsarios mas importantes y temidos por los cristianos en el Mediterráneo.
Sus proezas superaron pronto las de su hermano. Después de la muerte de Aruj, Hayr venció al ejército español que había invadido Argelia en 1529. Dos años más tarde, tomo la ciudad de Túnez. Luego venció la flota española en la batalla de Preveza y aseguro el dominio otomano del mar Mediterráneo por más de treinta años. También combatió en el mar para ayudar al gobierno francés contra los españoles y salio nuevamente victorioso.
Hayr, siguiendo los pasos de Aruj, transporto a más de setenta mil musulmanes a Argelia. Todo esto lo convirtió en un héroe nacional y el sultán lo nombro Comandante General. Finalmente falleció en su palacio en 1546 y su hijo lo sucedió como gobernante de Argelia.

Kanhoji Angria (¿-1729), era un musulmán temido en toda la costa Malabar, al oeste de la India, por sus actos de piratería, principalmente contra buques mercantes ingleses de la Compañía de las Indias Orientales. En 1710, tomo una isla próxima a Bombay para atacar a todo barco que salía o llegaba a la ciudad. Una flota de veinte naves inglesas enviada desde Bombay intento detenerlo, pero fue vencida. Los ataques de Angria a las embarcaciones inglesas, holandesas y portuguesas continuaron. Dos años mas tarde, capturo el yate del gobernador británico de Bombay y pidió un alto rescate por él y su tripulación. Después del pago acordó con el gobernador dejar de atacar las naves inglesas de la Compañía de las Indias Orientales y así lo hizo por un lapso de cuatro años, hasta que un nuevo gobernador asumió. Este reanudo los intentos por capturar al pirata. Paulatinamente Angria comenzó a ser conocido por vencer a los ingleses con unas naves dotadas de artillería que el mismo había diseñado. Su flota de barcos de guerra era enorme y venían hombres de toda Europa a formar parte de sus expediciones. Kanhoji Angria fue nombrado almirante de la flota naval India y lucho por la libertad de su nación sin ser derrotado jamás.
Al morir, Kanhoji dejo toda su fortuna y su reino pirata a sus hijos legítimos Sumbhaji y Sekhoji. También tuvo tres hijos extramatrimoniales: Tulaji, Manaji y Yeshaji. Fue Tulaji quien continúo asolando la costa Malabar hasta su muerte.

Yajiro (¿-?), era un acérrimo pirata samurai que al desembarcar en las islas Malucas, en Indonesia se topo con San Francisco Javier, un sacerdote misionero jesuita, que se encontraba predicando el Evangelio en el lejano oriente. La influencia que el Santo ejerció sobre Yajiro fue tal, que el japonés se termino convirtiendo al cristianismo. San Javier lo bautizo como Paolo de Santa Fe y, así, Yajiro fue el primer japonés bautizado en el cristianismo. Yajiro convenció al misionero de ir a evangelizar el Japón. El ex pirata lo acompaño y colaboro con él para llevar la palabra de Dios a su patria. En 1549, San Francisco Javier nombro a Yajiro jefe de una iglesia que montaron en Japón, mientras el santo continuaba su labor jesuítica por otras ciudades. Sin embargo, Yajiro no duro mucho en ese cargo, puesto que los portugueses católicos que allí moraban no veían con agrado el hecho de que un oriental se encargara de celebrar las ceremonias cristianas. Decepcionado, Yajiro volvió a la piratería hasta encontrar la muerte en un combate en altamar.

Cheng Ch’eng-Kung, conocido como “Koxinga” (1623-1662), era un pirata Chino, hijo de otro conocido pirata llamado Zheng Zhilong. En una feroz batalla, soldados Manchues dieron muerte al padre de Koxinga, Zheng Zhilong, tomando el mando de la flota Koxinga, con el fin de vengar la muerte de su padre. Así por mas de veinte años asolo las costas manchues incendiando y saqueando todo a su paso de una manera tan brutal, que los locales se vieron obligados a emigrar.Koxinga también le declaro la guerra a los Holandeses que se hallaban instalados en la isla de Formosa (Taiwán) con una enorme flota que ascendía a los seiscientos buques, después de una terrible lucha que se prolongo durante nueve meses, los holandeses tuvieron que abandonar la isla y Koxinga tomo posesión del territorio hasta su muerte, ocurrida un año mas tarde.

lunes, 25 de agosto de 2008

Los 33 orientales de Lavalleja

Juan Antonio Lavalleja, con la ayuda del gobierno de Buenos Aires, logro reunir 33 hombres con los cuales desembarcó en la playa de la Agraciada el 19 de abril de 1825, insurreccionando a toda la campaña uruguaya. Convoco un congreso en la Florida que declaro la anexión del territorio oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata (25 de agosto de 1825). Ante esta situación, el Brasil reacciono declarando la guerra a la Argentina. El General oriental Fructuoso Rivera venció en la batalla del Rincón y días después Lavalleja triunfo en Sarandi (12 de octubre de 1825).
La guerra Argentino-Brasilera fue evolucionando favorablemente para las Provincias Unidas. El ejército republicano, comandado por Alvear, venció a las tropas imperiales en Ituzaingó (20 de febrero de 1827). Simultáneamente Rivera penetraba en Río Grande Do Sul y el Almirante Brown obtenía una nueva victoria naval en Juncal.
El esfuerzo había sido muy grande y tanto el Brasil como la Argentina estaban agotando sus recursos (situación que favorecía a la corona inglesa, siempre en tratativas de desunir potenciales potencias para dominarlas mejor). La intervención de Inglaterra condujo a la firma de un tratado de paz (27 de agosto de 1828), mediante el cual ambas naciones reconocían la independencia uruguaya. (Esto permitía a la corona inglesa hacerse con la libre navegación de los ríos y plantar una cuña de “libre comercio” en el sur del continente, como siempre manipulando las situaciones para su viciosa conveniencia).
El general Rondeau fue nombrado gobernador provisional de la nueva republica hasta que el 18 de julio de 1830 se juro en Montevideo una constitución. Tres meses más tarde, Fructuoso Rivera fue elegido presidente.

Historia del Regimiento de Patricios de Buenos Aires

El Regimiento de Infantería 1 “PATRICIOS” nació el 15 de septiembre de 1806, con motivo de la primera invasión inglesa al Río de la Plata, respondiendo a la proclama del Capitán de Navío Santiago de Liniers y Bremond, que convocaba a todos los ciudadanos a armarse contra el enemigo. Tuvo su bautismo de fuego el 5 de julio de 1807 defendiendo Buenos Aires durante la segunda invasión. Los colores de su uniforme y el bravo grito de “Patricios” estuvieron siempre, donde quiera que la Patria jugara su suerte a la verdad de las armas.Fue su primer Jefe el, entonces, Teniente Coronel Don CORNELIO SAAVEDRA. Revistaron en las filas de esta gloriosa Unidad personalidades de la talla de BELGRANO, CHICLANA, LOPEZ Y PLANES, PEDRIEL, DIAZ VELEZ y miles de valientes criollos que “Buenos Aires heroica ofrendó” para la noble misión de defender la libertad y los derechos del hombre. Las Invasiones Inglesas fueron una serie de expediciones británicas que atacaron a las colonias españolas del Río de la Plata a principios del Siglo XIX. Los invasores ocuparon la ciudad de Buenos Aires en 1806 y fueron vencidos 46 días después por un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers.
En 1807 una segunda expedición tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. Un segundo intento de ocupación de la capital del Virreinato del Río de la Plata, en ese mismo año, fue exitosamente combatido por las fuerzas defensoras, que se componía no sólo de las tropas oficiales al servicio de la corona sino también de numerosas milicias urbanas, grupos de criollos a quienes se había armado y organizado militarmente. La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, quedó en evidencia de la incapacidad de la metrópoli de defender a sus colonias en el contexto de los conflictos internacionales de la época. Estos motivos convierten a las invasiones inglesas en uno de los catalizadores de la causa emancipadora en la Argentina y gran parte de Hispanoamérica. La Revolución de Mayo de 1810, eclipsaría la importancia de las invasiones inglesas. La cultura popular argentina sólo rescata el agua y el aceite hirviendo sobre las tropas invasoras. Sin embargo, fue en el cabildo abierto del 10 de febrero de 1807 cuando por primera vez prevaleció la voluntad del pueblo americano por sobre los intereses de España, ocasión en que se resolvió la destitución del representante del rey.
El Regimiento de Infantería 1 “PATRICIOS” estuvo presente en las jornadas de mayo de 1810, velando con sus armas el nacimiento de la Patria. Bajo la inspiración de su primer jefe, el Brigadier General Cornelio de Saavedra, aseguró la ejecución de la voluntad criolla en aquellos difíciles días que culminaron con la constitución de la Primera Junta de Gobierno, dando luego sobre la base de sus tres Batallones origen al Ejército cuando se organizó el 29 de Mayo,. Desde aquel momento participó en las jornadas decisivas de la guerra por la independencia y bajo las órdenes del General Belgrano.
Durante la Guerra de la Independencia, participó entre otras, en las gloriosas jornadas de Suipacha, San José, Las Piedras, Montevideo y Tucumán. Bravos en el triunfo y abnegados en la derrota, los Patricios supieron defender con su sangre el celeste y blanco del pabellón nacional.
Durante la Guerra contra el Imperio del Brasil, inscribió páginas de gloria en su historial, participando en los combates de Bacacay e Ituzaingó. En la década de 1840, participó exitosamente en el rechazo de las sucesivas incursiones anglo-francesas a las costas argentinas, alcanzando su mayor brillo en el Combate de la Vuelta de Obligado donde el valor de los Patricios, junto con los lugareños, volvió a trascender las fronteras del país, siendo motivo de admiración de los comandantes y tropas extranjeras.
Participó activamente en la llamada “Guerra de la Triple Alianza”, destacándose por su valor y coraje, participando en Yatay, Paso de la Patria, Tuyutí, Estero Bellaco, Humaytá y Curupaytí, batalla en la que dejara heroicamente su vida en el campo de combate el Jefe del Regimiento, Teniente Coronel Don MANUEL ROSETTI.
En 1982, durante la “Gesta de Malvinas”, una de sus compañías tomó parte en la defensa de Puerto Argentino y en el combate de Monte Longdon, donde muere el Soldado Clase 63 CLAUDIO BASTIDA.
Hablar de la historia del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, es hablar de los hechos más trascendentes de la historia de la Patria. Sus campañas, acciones de guerra, las numerosas condecoraciones obtenidas, el acabado cumplimiento de su misión presente, insertado en un Ejército moderno, sosteniendo las más caras tradiciones de la República, participando con sus hombres y mujeres en Organizaciones Militares de Paz en el exterior y en tareas de combate como Infantería de asalto aéreo, habla de la calidad y espíritu simple y noble de los soldados de la República. Hoy, próximo a cumplir el Bicentenario de creación y de su Bautismo de Fuego en el año 1807, es el Regimiento Escolta del Jefe del Estado Mayor General del Ejército y del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, marcando su permanente presencia en el Cabildo de la Ciudad, La Plaza de la República y el Palacio de Gobierno, el monumento a la Bandera en Rosario, y otros lugares que a lo largo del País simbolizan nuestras Tradiciones.

miércoles, 20 de agosto de 2008

La batalla de La Florida y la leyenda de Arenales, el Hachado Inmortal.

Arenales dispone en el centro a la artillería, al mando del capitán Belzú, en la planicie de la barranca, esta posición en bien visible para el enemigo. Al pie, sobre el explayado hace abrir una trinchera disimulada con arena y ramas, de la suficiente profundidad para ocultar en su interior a tiradores rodilla en tierra. En ella coloca a tres compañías de infantería, y la de pardos y morenos a ordenes del comandante Diego de la Riva. Divide a la caballería en dos fracciones. Coloca sobre el flanco derecho a la de Santa Cruz al mando de Warnes; sobre el izquierdo la caballería cochabambina que el encabeza. Ambas fracciones se ocultan bajo denso boscaje.
Pronto aparecen las fuerzas del general realista Blanco con 900 veteranos, 300 de infantería y el resto de caballería, armados con carabina, lanza y sable. Al frente se encolumna el amenazante cuerpo de Dragones de Chubivilca. Detrás de ellos marchan los infantes a paso redoblado por los tambores y con bayoneta calada.
Al divisar a las fuerzas patriotas, y ver la disposición de la artillería, el general Blanco cae en la trampa que tendiera magistralmente el comandante Arenales; supone que en torno y detrás de esta se encuentran los efectivos patriotas. Despliega sus unidades de infantería en guerrilla por ambos flancos, con la idea de atacar a la concentración (que supone se encuentran detrás de las baterías), y avanza con el resto de los efectivos vadeando el río en forma frontal sin otra precaución.
Cuando el enemigo hace pie en la amplia playa, sufre una mortífera sorpresa. Es recibido por una descarga cerrada de los tiradores ocultos en la trinchera, que produce estragos en sus filas. La confusión paraliza a los realistas, incluso a su jefe que no atina a dar ninguna orden para reagrupar a la tropa.
Arenales ordena una nueva descarga tan devastadora como la primera y ordena luego el ataque a la bayoneta de los infantes. Al mismo tiempo la caballería deja su enmascaramiento y carga impetuosamente sobre ambos flancos del enemigo, siendo completamente arrollado. La infantería realista huye desordenadamente buscando refugio en el bosque lindero, mientras es cañoneada por la artillería patriota, la caballería es destrozada por la caballería patriota que sablea sin piedad al enemigo. Arenales badea rápidamente el río y se apodera de la artillería española, es en esta parte e la acción donde pierde la vida el coronel Blanco.
La batalla esta decidida, el enemigo esta deshecho y huye desordenadamente dejando en el campo armamento y equipajes. Dispuesto a exterminar por completo a la expedición punitiva de los realistas, Arenales ordena la persecución de los restos de la fuerza enemiga. En la frenética carga, guiada por el mismo Arenales, y ante su irrefrenable deseo de aniquilar al enemigo, el comandante se adelanta demasiado al resto de la caballería de Santa Cruz, solo seguido de cerca por su ayudante y sobrino teniente Apolinario Echevarria. Recorre así unos 10km sin advertir que los santacruceños se quedan atrás ocupados en la recolección del botín de guerra. Así, penetra en una región del monte donde habían tomado por refugio unos 11 soldados enemigos que huían del campo de batalla, cuando advierten que son solo dos oficiales quienes los siguen, hacen alto y disparan contra Arenales y el Tte. Echevarria mientras los van rodeando. Cercados por completo, estos se defienden desde sus cabalgaduras hasta que estas caen malheridas. En tierra, Arenales, sin abandonar su espada, usa con destreza sus pistolas. En ese momento un realista le apunta con su trabuco, Echevarria, quien advierte esto, se lanza en la línea de fuego, recibiendo él el mortal impacto, cayendo muerto a los pies de Arenales, junto a los cadáveres de cuatro de sus enemigos. Arenales busca un árbol en la que apoyar su espalda para continuar hasta el final con esa lucha desigual y obstinada. Arenales ya no es un hombre, es una bestia salvaje luchando por su vida, con toda la ferocidad que acompaña al guerrero en esos decisivos momentos. Un certero sablazo le abre el cráneo en uno de sus parietales. Su cara esta bañada en sangre, la furia lo envuelve como un huracán. Otro tajo horrible lo abre desde arriba de la ceja hasta casi el extremo de la nariz, dividiéndola en dos; otro le parte la mejilla derecha por debajo del pómulo, desde el arranque de la sien hasta la boca. Trece heridas profundas ofenden su cabeza, su cara y su cuerpo, aquí empieza a nacer la leyenda del General hachado, el inmortal de la revolución, con todas sus heridas escupiendo litros de sangre, completamente bañado de rojo, mas parecido a un demonio salido del infierno que un hombre, el general Arenales sigue combatiendo con la rabia y la locura que se desprenden en cada asesino golpe de su sable mellado por los huesos de los enemigos muertos.
El bravo general sigue combatiendo sin dar cuartel, matando e hiriendo a sus enemigos que azorados no comprenden de donde saca sus fuerzas para seguir en pie, y además, combatiendo de ese modo. Entonces uno de ello, se escurre por detrás del general, que ya casi ciego por la sangre que baña su cara, no llega a divisarlo; entonces la vil maniobra, la ultima jugada de los enemigos que caían de a uno ante la inmortal espada de Arenales, con la culata de su fusil, le da un fuerte golpe en la nuca que le hunde el hueso, derribándolo al suelo sin sentido. Ni siquiera se atreven comprobar si el Coronel yace sin vida, sino por el contrario aprovechan la ocasión para huir despavoridos del terrible hachado. El cuerpo del Coronel Arenales permanece horas tirado entre los arbustos, rodeado por los cadáveres de sus enemigos, hasta que un grupo de merodeadores, esos que siempre siguen a los ejércitos en campaña para rapiñar de las sobras y despojos de las batallas, son atraídos por los brillos del uniforme de Arenales. Cuando estos rastreros se disponían a saquear el cuerpo del coronel, este, inmóvil pero conciente, les grita con recia voz, tan poderosa sonó que pareció el grito de Poseidón ordenando las olas en lo profundo de los mares, helándoles la sangre y haciendo que huyan despavoridos del lugar.
Al anochecer es encontrado por una partida de caballería que lo lleva a la misión de Piray. Allí lo revisa el cirujano quien por la gravedad de las heridas y la gran cantidad de sangre perdida, se lamenta en vaticinar, que por desgracia el Coronel Arenales no va a volver a ver la calida luz del amanecer…
No solo el inmortal Arenales ve el amanecer, sino que en algunos días se repone y vuelve a servicio, pero esta vez envuelto por el velo de la leyenda y la admiración de sus hombres que se sienten en manos de un inmortal mas que de un simple mortal. El glorioso Arenales, el Hachado, el inmortal de la Florida.

martes, 19 de agosto de 2008

Maximas del General San Martín para su hija Merceditas

Debido a la enfermedad de su esposa Remedios, su hija, la niña Mercedes fue criada y educada por sus abuelos, lo que derivó en una niña caprichosa y maleducada.


En 1824 se embarcaron juntos a Europa y una vez en Francia, el General San Martín se ocupó de reeducarla, y entre otras cosas escribió estas Máximas en el año 1825:

MÁXIMAS PARA MI HIJA

Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos".

Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.

Inspirarla a una gran confianza y amistad pero uniendo el respeto.

Estimular en mercedes la caridad con los pobres.

Respeto sobre la propiedad ajena.

Acostumbrarla a guardar un secreto.

Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.

Dulzura con los criados, pobres y viejos.

Que hable poco y lo preciso.

Acostumbrarla a estar formal en la mesa.

Amor al aseo y desprecio al lujo.

Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Los misiles y sus especificaciones.

AIM-92 Stinger AAM

Esta versión del Stinger, lanzada desde el aire, lleva en funcionamiento desde 1988. basado en un excelente sistema portátil, esta versión combina una nueva cabeza buscadora IR&UV de dos colores y un microprocesador reprogramable (RPM). Los misiles se encuentran montados, (en helicópteros), sobre un sistema de góndola con dos misiles. El Stinger es un misil de peso ligero muy efectivo. Peso: 47kg, lanzador doble
Rango máximo de disparo: por debajo de los 10km
Sistema guía: guiado IR
Objetivo principal: objetivos que vuelan a baja altitud, corto alcance.

AIM-9R Sidewinder AAM

El misil Sidewinder data de finales de los años 1940, cuando fue desarrollado por primera vez por la marina de los Estados Unidos. El modelo actual tiene pocas cosas en común con el original, salvo su aspecto externo. Este ha sufrido múltiples cambios. El modelo “R” tiene una cabeza buscadora y un motor de proyectiles mejorado que produce menor cantidad de humo. Peso: 87kg.
Rango máximo de disparo: 18km.
Sistema guía: guiado IR
Objetivo principal: objetivos aéreos.

AGM-122 Sidearm AGM

El sistema de Sidearm apareció ante la necesidad de desarrollar un misil antirradar de peso ligero y de bajo coste. Los Sidewinder AIM-9C no utilizados fueron mejorados según los estándares del AIM-9L/M. Además un radar pasivo de amplia banda reemplazo al buscador existente. El Sidearm AGM es utilizado por la mayoría de los AV-8B Harriers, F-5G Phantom Wild Weasels y helicópteros. Peso: 91kg.
Rango máximo de disparo: 15km.
Sistema guía: guiado por radar pasivo
Objetivo principal: SAM y radares de control de armas.

AGM-65D Maverick AGM

El modelo “D” del Maverick entro en servicio en 1983 como sucesor de esta arma tan eficaz. En este modelo se reemplazo el primer sistema guiado TV por un sistema infrarrojo de imágenes. El sistema IR tiene un alcance mucho mayor y además es capaz de “ver” a través del humo y del polvo. El Maverick se trata de un sistema de armas “disparar y olvidar” autentico. Peso: 220kg.
Rango máximo de disparo: 25km.
Sistema guía: guiado IR
Objetivos principales: edificaciones y objetivos fuertemente blindados.

AGM-114A/B Hellfire AGM

El Hellfire es la última innovación en cuanto a sistemas de armas anticarro del ejercito de los Estados Unidos. El buscador de láser del modelo “A” requiere que el objetivo sea iluminado por una fuente de láser. El buscador de radar de onda milimétrica del modelo “B” es un sistema “disparar y olvidar”. Los Hellfire AGM suelen ser utilizados por el Longbow Apache. Peso: 43kg.
Rango máximo de disparo: 6km. (A), 8km. (B)
Sistema guía: láser semi-activo (A), radar MMW (B)
Objetivo principal: edificaciones y objetivos fuertemente blindados.

BGM-71D Tow-2 AGM

El sistema Tow lleva utilizándose como un ATGM aéreo desde la guerra de Vietnam. Este (SACLOS) utiliza mandatos semi-automáticos para guiar la línea de mira. Todo lo que tiene que hacer el tirador es mantener la retícula centrada sobre el objetivo. Los mandatos son transmitidos al Tow a través de un cable muy fino. El modelo Tow-2 tiene una cabeza de guerra mejorada y mas grande. Peso: 22kg.
Rango máximo de disparo: 4km.
Sistema guía: mandatos línea de mira vía cable (filoguiados)
Objetivo principal: edificaciones y objetivos fuertemente blindados.

Helstreak HVM AGM/AAM

El sistema de misil de gran velocidad (HVM) Helstreak se basa en el SAM Starstreak británico. Su cabeza de guerra guiada por láser incluye tres dardos de gran precisión que se dirigen independientemente hacia el objetivo. Esto produce un patrón amplio de cobertura que es de gran importancia durante los combates aire-aire. Además gracias al HUM, su tiempo de exposición al fuego enemigo es bastante reducido. Peso: 40kg.
Rango máximo de disparo: 7km.
Sistema guía: guiado láser semi-activo
Objetivo principal: objetivos aéreos y objetivos de tierra medianamente blindados.

Penguin-3 Misil Antibuque

El menor peso de los misiles anti-buque Penguin-3, desarrollados por los noruegos, lo convierten en un arma ideal para los helicópteros. El misil es apuntado hacia un punto y vuela hasta allí gracias a su propia guía por inercia. Después pasa a la guía IR para buscar el calor de un buque contra el fondo frió del océano. Peso: 380kg.
Rango máximo de disparo: 40km.
Sistema guía: guiado IR
Objetivo principal: buques de tamaño medio y ligeros.

Hydra 70 Sistema de Proyectiles

El sistema de proyectiles Hydra 70 (el 70 = 70mm o 2,75 pulgadas) incluye varios proyectiles, cada uno de ellos con su cabeza de guerra de propósito especial. El M262 tiene una cabeza de guerra multipropósito sub-munición. El M247 tiene una cabeza de guerra carga-forma que puede ser utilizado contra objetivos blindados. El M255 tiene una cabeza de guerra flechette para ser utilizada contra objetivos o helicópteros no blindados. Peso: 9kg.
Rango máximo de disparo: 2-3km.
Sistema guía: no guiado
Objetivo principal: varía según el tipo de cabeza de guerra

El Regimiento de Granaderos a Caballo y su código de honor

Mientras Alvear se encarga de la labor política de la logia, el teniente coronel San Martín ambiciona dedicar sus esfuerzos a organizar una unidad militar que este a la altura de las necesidades. Él ha visto en acción las nuevas tácticas empleadas por la caballería francesa, que la han convertido en un arma temible sobre los campos de batalla europeos y le dieron al emperador el triunfo en más de un combate. A los pocos días de llegar, el gobierno porteño decide aceptar los servicios de San Martín y le encomienda la creación de un escuadran de granaderos a caballo. Su primera medida es proponer una organización novedosa para esa unidad, divididas en dos compañías y con una nutrida cantidad de oficiales, a la usanza francesa. Esta tarea le demandara un año y nueve meses de actividad. En ella el modesto escuadrón, planeado originalmente para un centenar de hombres, se convierte en un regimiento que cuadruplica los efectivos. En ese regimiento de granaderos a caballo, donde San Martín despliega toda su capacidad de organización, sus conocimientos profesionales y su sentido de la disciplina, se integraran jóvenes de casi toda la provincia del Río de la Plata. Porteños como los hermanos Escalada, que serán sus cuñados en poco tiempo; Juan Galo Lavalle, Estanislao Soler, Tomas Guido, entre otros. Pero también se reclutan jinetes de La Rioja, Córdoba, San Luís, Mendoza, San Juan, Corrientes y mas tarde se incorporara un contingente de guaraníes, oriundos de las antiguas misiones que lo vieron nacer. El reclutamiento era minucioso, a diferencia de los que era la costumbre de entonces, basados en levas y otras practicas coercitivas. A todos los miembros se les exige una elevada talla, (no se aceptaban reclutas que midieran menos de 1,80mts), y mucha maestría como jinetes, y se los somete a un riguroso entrenamiento. Para ello, San Martín redacta un manual o reglamento de instrucción, tomando sus conceptos de las ordenanzas militares europeas y sus propias experiencias en los frentes de batalla. (En los 20 años de servicio a la corona española, San Martín combate en infinidad de batallas contra los franceses, ingleses, moros, etc.).
En él se contemplan la formación de los reclutas y las tácticas de combate, basadas en el ataque o carga por escuadrones. Se estableció un estricto código de honor para los oficiales, cuya primera condena era contra toda muestra de cobardía, que incluía “aun el agachar la cabeza” en un combate. Al insistir en el honor, decoro y moralidad que debían mostrar en todo momento sus hombres, San Martín buscaba reforzar en ellos la disciplina y el valor. Debían mantener una estricta vigilancia entre ellos mismos, y creó un tribunal integrado por los propios oficiales, que podía pronunciar sentencias y establecer castigos, incluida la ejecución de los infractores. El regimiento será la primera unidad de caballería patriota formada sobre la base de un reglamento y con tácticas modernas. Será parte fundamental en todas las campañas que emprenda el libertador, y por la que se sentirá un eterno orgullo. Tras centenares de combates desde las orillas del Paraná hasta las cumbres del Chimborazo, se destacara por su denuedo y bravura. El propio San Martín llegara a decir que “la experiencia nos había enseñado que un solo escuadrón de granaderos a caballo bastaba para arrollar al enemigo y hacerlos pedazos.”
Código de honor del Regimiento de Granaderos a Caballo

Delitos por los que deben ser arrojados los oficiales:

1-por cobardía en acción de guerra, en la que aun el agachar la cabeza será reputado tal.
2-por no admitir un desafió, sea justo o injusto.
3-por no exigir satisfacción cuando se halle insultado.
4-por no defender a todo trance el honor del cuerpo cuando lo ultrajen en su presencia o sepa que ha sido ultrajado en otra parte.
5-por trampas infames, como de artesanos.
6-por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se le haya suministrado para ella.
7-por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos.
8-por publicar las disposiciones interiores de la oficialidad en sus juntas secretas.
9-por familiarizarse en grado vergonzoso con los sargentos, cabos y soldados.
10-por poner la mano a cualquier mujer, aunque haya sido insultado por ella.
11-por no socorrer, en acción de guerra, a un compañero suyo que se halle en peligro, pudiendo verificarlo.
12-por presentarse en publico con mujeres conocidamente prostitutas.
13-por concurrir a casa de juego que no sea perteneciente a la clase de oficiales, es decir, con personas bajas o indecentes.
14-por hacer un uso inmoderado de la bebida en términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.
Yo estoy seguro que los oficiales de honor tendrán el placer de ver establecido en sus cuerpos unas instituciones que los garantiza de confundirse con los malvados y perversos, y me prometo (porque la experiencia me ha demostrado) que esta medida les hara ver los mas felices resultados, con la segura prosperidad de las armas de la patria. Nota: el cuerpo de oficiales tiene el derecho de reprender (por la voz de su jefe) a todo oficial que no se presente con aquel aseo propio del honor del cuerpo y en caso de reincidencia sobre este defecto, quedara comprendido en los artículos de separación de él.