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viernes, 4 de abril de 2008

Gral. Julio Argentino Roca, el gran conquistador.


Presidente (1880-1886), (1898-1904). General al mando de la Conquista del Desierto. Estadista y líder político dominante a fines del siglo XIX. Nació en Tucumán, hijo de José Segundo Roca; estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay; ingresó a la carrera militar (1858) mientras continuaba con sus estudios; como otros de sus compañeros de estudio, se alió a Urquiza en las Batallas de Cepeda (1859) y Pavón (1861) a las que sucedió la reorganización nacional; el joven Roca fue secretario de su tío, el doctor Marcos Paz, interventor de la provincia del norte; más tarde fue oficial de la infantería nacional y luchó contra las montoneras del Chaco y en la Guerra del Paraguay, distinguiéndose en el ataque de Curupaytí; acompañó a Paunero en la campaña contra las fuerzas de la guerrilla de Videla, Rodríguez, Sáa en Cuyo y al oeste; fue ascendido a coronel por su valiente actuación contra López Jordán en Ñaembé (1871) y participó en la segunda campaña contra el caudillo entrerriano.

En 1872 fue nombrado comandante militar de la región de Río Cuarto y allí se casó con una dama de la aristocracia cordobesa; como comandante del ejército del Norte, obligó a Arredondo a rendirse en Santa Rosa, poniendo fin a la revolución de 1874 y obteniendo el grado de general; siempre luchó a favor del gobierno nacional;

poco después se lo designó comandante general de las fronteras con los indios de San Luis y Mendoza; desde esta posición tan ventajosa, se interesó por los planes para dar una solución al problema con los indios mediante la conquista definitiva de la Patagonia y la apertura de todas sus tierras para la colonización; apoyado por el presidente Nicolás Avellaneda, de quien fue ministro de Guerra y de Marina en 1877, coronó su carrera militar con la Conquista del Desierto.
En 1880, Julio A. Roca fue presidente de la República Argentina a la edad de treinta y siete años y fue reelecto en 1898, dominó el escenario político del país durante casi veinticinco años; político astuto, apodado El Zorro, utilizó al partido Autonomista Nacional para conservar el poder político en manos de aquellos que favorecían los intereses de los estancieros y del comercio exterior; la nación prosperó notablemente durante su presidencia; la tranquilidad política interna, la apertura de inmensas extensiones de tierras de los indios para la colonización y la explotación y el establecimiento de una base para la paz definitiva con los chilenos respecto de los límites, hicieron que el país progresara con rapidez; durante su primer período gubernamental, se enviaron nuevas expediciones a la Patagonia para completar la conquista; expediciones científicas y cartográficas exploraron todos los rincones de la República, inclusive la Antártida; durante su gobierno, comenzó el auge económico de 1882-1889 y el comercio alcanzó nuevas magnitudes; la extensión de los ferrocarriles se duplicó; la población aumentó porque ingresaron al país más de medio millón de inmigrantes para formar sus nuevos hogares; se fomentó y secularizó la educación pública; un vasto programa de obras públicas mejoró los puertos, construyó diques en los ríos y edificios públicos y embelleció Buenos Aires; también creó el territorio de Misiones con un gobierno autónomo; entregó la presidencia a Miguel Juárez Celman en 1886.Pasó algún tiempo viajando por Europa; regresó para ser senador nacional por la Capital Federal; continuó siendo influyente en las presidencias posteriores, después de la crisis financiera de 1890 y el desarrollo de la Unión Cívica Radical que exigía reformas sociales y políticas; fue reelecto presidente en 1898; durante su segunda presidencia, resolvió finalmente los problemas territoriales con Chile; continuó con la profesionalización y modernización del ejército (comenzadas con anterioridad) bajo el ministro de Guerra, Pablo Ricchieri; incrementó las dimensiones de la Armada y creó un ministerio separado para ella; con su ministro de Relaciones Exteriores, Luis María Drago, fortaleció la posición de la República Argentina en los asuntos internacionales; mejoró la situación del crédito nacional; afrontó la creciente disconformidad de los trabajadores, los estudiantes, los inmigrantes y otros grupos que exigían una mayor participación en el gobierno y la economía, como también una reforma en las prácticas corruptas por las cuales el grupo elitista de Roca conservaba la dominación política; se promulgó la ley de Residencia de extranjeros (1903) que permitía la expulsión de los extranjeros indeseables; Roca triunfó en asegurarse la elección de Manuel Quintana como su sucesor; se retiró de la política pero regresó a la vida pública para ir a Brasil como embajador en 1913.